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CROACIA. 10 delicias para el paladar

Los naturaleza croata, sus ciudades milenarias y las idílicas islas de la costa son de todos conocidas, ahora sólo resta ver a Croacia bajo el prisma gastronómico. Las cigalas, la trufa blanca, las ostras y el cordero son sólo algunas de las delicias que se pueden saborear en el país.

Los naturaleza croata, sus ciudades milenarias y las idílicas islas de la costa son de todos conocidas, ahora sólo resta ver a Croacia bajo el prisma gastronómico. Las cigalas, la trufa blanca, las ostras y el cordero son sólo algunas de las delicias que se pueden saborear en el país.

Propuestas, revista Viajeros (agosto 2013) Fuente y fotos: O.T. Croacia
 
La diversidad geográfica de Croacia la ha dotado también de una gran variedad en cuanto a los productos que sirven de base a la gastronomía. En la isla de Vis se cultivaba la vid en época pre-cristiana; los emperadores romanos plantaron olivos en Istria porque consideraban que era el lugar donde las aceitunas eran de más calidad; los cocineros de Napoleón introdujeron algunos secretos culinarios que todavía se utilizan en la cocina croata; durante el siglo pasado los mismos italianos decían que la mejor pasta se preparaba en Dalmacia; el Imperio Húngaro dejó su poso e identidad en los guisos de las regiones del norte…

Croacia no puede competir en cantidad, pero sí en variedad de productos y maneras de prepararlos: frutas, vegetales, setas, pescados, carnes, quesos, miel…la increíble variedad de productos, sea la época del año que sea, sorprende a todo el mundo. Igual que su sabor. La manera tradicional de producción, conservada hasta hoy en día, respetando la tierra y el agua, sin explotaciones intensivas, tan cerca de lo que ahora se conoce como kilómetro cero, slow food o cocina de proximidad, hace que los sabores se realcen y dejen uno de los mejores recuerdos a quien visita Croacia.

En cada región encontramos productos o platos que la identifican, estas son algunas sugerencias para que probéis en vuestros viajes a Croacia:


1. Trufa blanca. La encontrarás en Istria, la primera región croata que empezó a ser visitada especialmente por los amantes de la gastronomía. También fue la región del país donde se abrió el primer restaurante de lujo. En Istria crecen diferentes tipos de trufas, pero la más codiciada es al trufa blanca o Tuber magnatum pico, cuyo precio supera los 3.000 euros el kilo. El principal rincón donde se encuentra este hongo es en el bosque de Motovun. Allí tiene lugar cada año en otoño una feria dedicada a la trufa que reúne a los mejores expertos y gastrónomos del mundo. Para muchos de ellos, la calidad de la trufa blanca de Istria es una de las mejores del mundo.

2. Cigalas. Las cigalas del golfo de Kvarner son unas de las más apreciadas del mundo. Su carne es delicada y de textura suave, y supera en opinión de muchos, a todos los crustáceos, incluida la langosta o el bogavante. Se suele preparar de diferentes maneras aunque la más habitual es cocinada durante dos minutos en agua salada con un poco de aceite de oliva y servida con unas gotas de aceite de oliva y limón.

3. Ostras. Las ostras de Ston es uno de los manjares que muchos de los que viajan a Dubrovnik y su región tienen ocasión de degustar. Además de al natural, se preparan rebozadas, salteadas, en sopas o en risotto.


4. Queso de Pag. El Paski sir, el queso de la isla de Pag, en la región dálmata de Zadar, es el más famoso de los quesos croatas. Se elabora con la leche de las ovejas que se crían en esta isla. Es tal la demanda de este queso que se consume tras unos pocos meses de curación. Aquellos que se dejan más tiempo, durante un año o más, se consideran como uno de los mejores quesos de oveja del mundo.

5. Jamón de Drnis. El Parque Nacional de Kornati y el Parque Nacional de Krka no son los únicos atractivos de Sibenik. En el interior, especialmente en la zona de la colina de Miljeva, maduran los que quizás sean los mejores jamones de toda Dalmacia, ahumados con madera de encina y secados con el viento salado ‘bora’.

6. Pasticada. Este es el nombre de un plato tradicional de la región de Split cuya base es carne de ternera y que conlleva días de paciente preparación. Primero hay que marinar la carne en vinagre y diferentes hierbas aromáticas. Después se dora bien por todos los lados y se cocina en estofado a fuego lento, en una salsa que contiene fruta seca (sobre todo ciruelas) y especias como clavo, nuez moscada, pimienta y laurel, añadiendo de vez en cuando un poco de vino seco. No se debe comer nada más terminar. Hay que dejarla reposar, cortar la carne en trozos, volverla a cocinar y solo entonces servirla con la salsa resultante. Se suele acompañar de gnocchi o pasta.

7. Pralinés. Chocolates, cafés y pasteles. Al llegar a Zagreb hay que imitar las costumbres de sus habitantes y sentarse en la terraza de un bar o un café y dejar pasar el tiempo. La tradición de las cafeterías y pastelerías puede ser ejemplificada por la marca Kras, que comenzó su historia en 1911 convertida en el primer fabricante de chocolate en Europa sudoriental y, aún hoy, sigue deleitando los paladares.

8. Cordero. El cordero al horno junto a las patatas de Lika es el plato estrella de Lika-Karlovac, una región con abundantes montañas, ríos y lagos. Muchas de estas áreas naturales están protegidas mediante la figura de parques nacionales o parques naturales, como el PN de los Lagos de Plitvice.

9. Kulen. Es el más prestigioso, apreciado y, sí, también el más caro embutido de Eslavonia y de toda Croacia. Se elabora con las mejores partes del cerdo.

10. Trucha. En la región de Croacia Central abundan los ríos y en ellos vive la trucha californiana y la trucha parda croata (de carne más rojiza y sabrosa). Con éste y otros pescados de río se suele preparar la caldereta de pescado.

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