BARCELONA. Barrio de Gracia

Único en su especie. Extraordinario, raro o excelente. Así define la RAE el término singular. Y así es el barcelonés barrio de Gracia. Aquí es posible encontrarse en una taberna añeja y que un paisano entre con una garrafa de cinco litros para rellenarla con vino que sale de unos grifos que penden de la pared. Es factible, tan sólo un par de calles más arriba, comer en un restaurante etíope o apuntarse a un taller de mosaicos impartidos por una simpática francesa.

Por Jordi Jofré (extracto del reportaje: Barcelona, la  más completa del Mediterráneo publicado en la edición impresa de la revista Viajeros de dic '11-ene '12 )

También podemos darnos una vuelta por una galería de arte que en realidad es un muestrario de una empresa de rehabilitación de edificios antiguos y donde, además, desarrollan talleres gastronómicos. Puede ser, incluso, el lugar donde escaparse del bullicio de la agitada Barcelona y pasear entre tranquilas calles que parecen sacadas de una villa de provincias. Si alguna de estas opciones no nos ha convencido, pensemos que en este enclave hallaremos boutiques de diseñadores independientes próximas al mercado de toda la vida, cines en versión original, tentaciones artísticas modernas y atrevidas pero que buscan la cercanía con el público de a pie, el barrio gitano, la rumbera plazuela del Gato Pérez, etc. Estas y otras muchas posibilidades hacen de Gracia aquello que comentábamos, un lugar cuanto menos singular, un universo particular dentro de la Barcelona del siglo XXI.

Aparte de la oferta de establecimientos, esconde Gracia una historia y un espíritu que no debería pasar desapercibido cuando nos acerquemos a conocer el barrio. Pero este reto no es tarea fácil para nosotros, visitantes ocasionales. De ahí que lo perfecto sería que alguien del lugar nos lo enseñase tranquilamente para que nos hablase de los mejores lugares para tomar el vermú. Mientras disfrutásemos del aperitivo, nos podría contar la cantidad de lecherías que todavía sobrevivían tan sólo unos años atrás.

Seguramente presumiría con orgullo de la alegría y creatividad que se vive en sus fiestas o, quizás, nos llevase a una de las múltiples cooperativas que han florecido fruto del alma asociativa que aquí habita. Pero no todo el mundo tiene un amigo en Gracia. Es por ello que conviene contactar con alguna empresa que ofrezca rutas guiadas por la zona. Nosotros lo hicimos con Androna Cultura y quedamos más que satisfechos. Así, aprendimos el porqué de tanta calle revolucionaria –como Progreso o Libertad–, el papel de la mujer en el movimiento obrero, cómo funciona el puesto de libros solidarios, el significado de las campanadas de la Torre del Reloj de la Plaza de la Villa… Gracia todavía es una opción fuera de los circuitos tradicionales, aunque cada vez es descubierto por más foráneos. Es por ello que en su próxima escapada a Barcelona les recomendamos encarecidamente que reserven un hueco para este barrio y así puedan decidir ustedes motu propio si merece o no la pena.

Propuestas concretas para descubrir Gracia:

• Si andamos buscando tabernas de toda la vida y con sabor añejo, entre otras alternativas, podemos optar por la Bodega Marín –Milà i Fontanals, 72– o la Vermutería Tano –Joan Blanques, 17–. En ellas podremos disfrutar de exquisitas tapas que, sin grandes pretensiones en la presentación, resultan estupendas para el aperitivo: alcachofas con boquerón, patitas de calamar, navajas, croquetas caseras, etc.

• Aquellos que prefieran un ambiente más cosmopolita podrán dirigirse a Abissínia –Torrent de les Flors, 55–, un embajador gastronómico de Etiopía en Barcelona. Aquí se come con las manos y la injera –pan autóctono–, se degustan recetas exóticas y se descubren nuevos sabores. También es posible decantarse, entre otras, por la cocina francesa de autor en el Atmosphère –Venus 1-3–, un lugar idóneo para una cena romántica.

• Androna Cultura es una empresa joven y fresca, especializada en recorridos y actividades culturales que dan a conocer de manera diferente capítulos de la Historia y la Cultura. Si quieren entender, al menos todo lo que se puede en una corta visita, el alma del barrio que nos ocupa, contar con sus servicios es una buena idea. Por ejemplo, en la ruta La Gracia del vermouth (18 Euros, con dos consumiciones incluidas), con la excusa de tomar un aperitivo, se descubren algunas de las tabernas y bodegas del barrio de Gracia más auténticas, a la vez que se aprende parte de la historia del enclave. Cuentan con otras muchas propuestas (Mujer y revolución, Brujas y herejes, Simbolistas y desequilibrados, etc.) que satisfarán a los más curiosos. Muy recomendable.

• Cultura alternativa. Aparte de las tentaciones gastronómicas de Gracia, el barrio cuenta con un movimiento cultural alternativo muy interesante. Como galerías de arte, podemos recomendar Mezanina –www.mezanina.com– y Untitled BCN –http://untitledbcn.com–. Desde concepciones bien diferentes, ambas tienen un objetivo común: que la cultura sea algo accesible y cercano al público en general. Durante los paseos, vale la pena acercarse a estos espacios y conocer sus iniciativas.

• En descapotable. Para aquellos que disfrutan de las experiencias diferentes y divertidas, GoCars Tours ofrece sus servicios. Se trata de unos pequeños descapotables amarillos de tres ruedas con los que se puede descubrir Barcelona a tu aire. Son fáciles de aparcar y llevan incorporados unos divertidos GPS que, aparte de ofrecer las indicaciones pertinentes, te ayudan a disfrutar del trayecto con sus historias y chistes. Es posible alquilarlos con o sin conductor. Precios: la primera hora cuesta 35 Euros, la segunda 25, y las horas adicionales, 20 Euros. Tel. 932 691 792, www.gocartours.es