Toledo es la localización perfecta para cualquier película histórica porque todo parece haber permanecido igual desde hace siglos. De nuevo ha saltado a las pantallas, esta vez como una ambiciosa superproducción televisiva con este matiz. Los personajes se mueven por sus calles y principales monumentos contagiándonos las ganas de recorrerla nuevamente y lo hacemos de la mano de su privilegiado hijo adoptivo, El Greco.