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La Soria más verde
Espacios naturales sobrecogedores se esparcen al azar por la provincia de Soria. Los menos concurridos invitan a la leyenda y al misterio que sirvieron de inspiración al escritor Antonio Machado. La Naturaleza se combina sabiamente en su orografía con pueblos de piedra, vecinos hospitalarios y olor a leña quemada.
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- Guía práctica
- Reportaje
Soria. Maravillas de la Naturaleza
Espacios naturales sobrecogedores se esparcen al azar por la provincia de Soria. Los menos concurridos invitan a la leyenda y al misterio que sirvieron de inspiración al escritor Antonio Machado. La Naturaleza se combina sabiamente en su orografía con pueblos de piedra, vecinos hospitalarios y olor a leña quemada. Por Pepa García (edición Viajeros impresa enero 2012)
Decir que España es un país de grandes atractivos turísticos, tanto costeros como de interior, no es aportar nada nuevo. Sin embargo, una realidad que en principio es muy positiva, también ofrece otro matiz que no lo es tanto, ya que determinados enclaves quedan opacados bajo la luz y la inversión de los más promocionados. Ese es el caso de Soria. A pesar de ser poco conocida, quien la visita vuelve, y eso es muy significativo. Sus puntos fuertes son muchos y variados: naturales, históricos, legendarios, gastronómicos, etc. Entre las numerosas áreas que se podrían descubrir en territorio soriano nos hemos decidido por una de las más verdes, dando por hecho que los aficionados al turismo rural también lo son de la vida sana y las rutas naturales. No cuenta con una orografía excesivamente compleja, por lo tanto las rutas resultan accesibles e, incluso, adecuadas para realizar en familia. La zona de influencia por la que nos moveremos será la de la sierra de Urbión, el noroeste de la provincia. Esta comarca natural, cuya masa forestal es una de las más extensas de Europa, se extiende por las provincias de Soria y Burgos, en las estribaciones de Urbión, Neila y Cebollera.
La Soria verde
El color con el que se suele identificar Castilla y León no es el verde. Sin embargo, basta adentrarse un poco en su geografía para descubrir que los espacios naturales también cuentan con un lugar destacado. En Soria, la comarca de Pinares sería una digna representante de esta tonalidad, como bien lo corroboran los kilómetros y kilómetros de coníferas que conforman su mar de copas, siempre de un verde perenne.
Al abrigo de Urbión, las leyendas brillan tanto como los lugares sobrecogedores que conoceremos, donde habita el misterio al mismo nivel que la Naturaleza. Es por ello que combinaremos la visita a algunos pueblos que mantienen una arquitectura tradicional como Calatañazor, Vinuesa, Navaleno o Molinos de Duero y el paseo por parques naturales y áreas protegidas donde el otoño se regodea en cada una de sus sendas. Disponemos de tres días, y el objetivo es recorrer y disfrutar de los grandes espacios verdes de esta comarca. La Fuentona, el Cañón del río Lobos y la Laguna Negra nos esperan.
Día primero: La Fuentona y Calatañazor
En esta jornada nos dirigiremos a conocer el Monumento Natural La Fuentona, el Sabinar y luego seguiremos camino hasta Calatañazor.
La señalización en la carretera desde Muriel de la Fuente no deja lugar a dudas de la dirección correcta para llegar. Continúa hasta el último aparcamiento y deja el coche junto a un pequeño centro de interpretación. Desde allí, en un kilómetro aproximadamente, llegarás al nacedero del río Abión. Por el sendero que lleva hasta ese punto podrás ir abriendo boca con los pequeños caudales saltarines, algún puentecillo y los árboles en proceso de cambio otoñal o con sus ramas desnudas.
Si sorprendente es la imagen de esta laguna, donde la vegetación acuática campea a sus anchas y los reflejos del entorno crean un mundo paralelo, más increíble resulta conocer el universo que se oculta bajo ese pequeño ojo de manantial. Si te acercas al panel informativo, situado en el sendero de llegada, podrás leer “En la Fuentona hay un mundo escondido”, y si observas bien el croquis te harás una idea de la prolongación de esta torca en el subsuelo, en forma de galerías que se conectan hasta alcanzar el nivel del agua del río subterráneo. Puede que encuentres algún grupo de buceo espeleólogos que se aventuran a explorar las profundidades. A priori, he de confesar que da un poco de miedo introducirse en ese mundo oculto. Este paseo inicial se puede ampliar con muchas otras caminatas como aquella que culmina en una cascada. Una vez que el sol comienza a subir, llega el momento de encaminarse a la salida de nuevo e ir a conocer el Sabinar de Calatañazor.
Este bosque de sabinas, que sobrepasan la veintena de metros de altura, permanece ahí, junto a la carretera, sin llamar la atención entre la vegetación. Si no has pasado por la Casa del Parque del Sabinar te contamos que está incluido dentro de la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, que es el sabinar de páramo más extenso del país y el mejor conservado. Esto a nivel de datos porque, si pasamos a las percepciones, estas reliquias del Terciario, que actúan como madrazas cobijando y alimentando a las aves durante los meses más duros, parecen tener vida propia. Experimentad la sensación de pegar vuestra oreja a su tronco y escuchad los susurros, los gemidos de la madera y percibid sus vibraciones. Quizás pretenden contarnos los avatares de su larga existencia.
Pero el mejor libro de historia lo encontraremos en Calatañazor, un pueblo encaramado a una colina que se hace desear desde la distancia. Su silueta atrae con la misma fuerza que su nombre, que todo el mundo finaliza con la rima “donde Almanzor perdió el tambor” dando por hecho que la humanidad entera debe conocer esta leyenda. En esta villa medieval, declarada Conjunto Histórico-Artístico, todas las calles empedradas dirigen al castillo, pasando antes por la iglesia, y por pequeñas tiendas de recuerdos y restaurantes.
Es muy sencillo imaginar la vida en estas casonas de piedra, el trasiego de caballos e hidalgos y, por supuesto, a Almanzor perdiendo la batalla en 1002 contra los cristianos. Las chimeneas redondas de las casas son bellísimas y expanden el aroma a leña quemada que caracteriza a los pueblos. Un lugar insólito para retomar fuerzas es el restaurante el Palomar ubicado en un torreón donde se guarecían estas aves, la comida es casera y el trato inmejorable.
Segundo día: P.N. Cañón del río Lobos
Nos han hablado tanto del Parque Natural del Cañón del río Lobos que parece que lo conocemos; pero, no por ello tenemos menos deseos de explorarlo desde todas las vertientes.
Antes de comenzar la caminata conoceremos algunos pueblos que se encuentran muy cerca como San Leonardo de Yagüe, donde llama la atención el Arco, una de las puertas que formaba parte de la muralla y la iglesia de San Leonardo de Abad; Navaleno, digno representante de la arquitectura típica de la comarca, donde te aconsejamos pasear sin prisa por sus calles; el monumental Burgo de Osma no necesita presentación (allí encontrarás el hotel Termal Burgo de Osma creado dentro de la antigua Universidad de Santa Catalina, un edificio del siglo XVI) y el castillo de Ucero.
Este espacio, declarado Parque Natural en 1985, fue el primero de la comunidad, y es el que más visitantes recibe en todo el año. Entre sus rutas se encuentran algunas bastante accesibles –incluso para familias con sillas de bebé (a ser posible que sean todoterrenos)– y otras un poco más complicadas. Todas ellas contribuyen a mostrar los atractivos de este desfiladero, producto de la erosión provocada por el río Lobos. Lo más gratificante, desde una perspectiva geomorfológica, es que estarás contemplando rocas pulidas por los elementos que conservan la memoria de más de cien millones años. Bajo el suelo, aunque no se vea a simple vista, numerosos acuíferos han sido tatuados con estalagmitas y estalactitas.
El paseo más común es el que comienza a partir del último aparcamiento y te conduce por un sendero bien señalizado hasta la ermita de San Bartolomé. Este templo, que se cree que formaba parte del monasterio templario de San Juan de Otero, está envuelto en un aire místico. Aseguran que encierra claves iniciáticas, símbolos y mandalas alquimistas. La explanada que está frente a él es un buen lugar para hacer un pequeño picnic y, así de paso, intentar sentir alguna de las fuertes energías del enclave.
Lo idóneo es que, además de conocer el desfiladero desde abajo, también pudieses obtener una perspectiva aérea que te permitiera observar de cerca las oquedades de los farallones donde anidan los buitres. Investiga algunos de los itinerarios que lo posibilitan.
Los atardeceres, además, son espectaculares, ya que estas aves comienzan a recluirse y sobrevuelan el cañón.
Jornada de despedida: Laguna Negra
Nuestro último día lo vamos a dedicar a otro lugar envuelto en la leyenda, en este caso la de Alvargonzález que a todos nos suena de la obra de Antonio Machado. El color oscuro de la Laguna Negra inspira multitud de historias sobre criaturas buenas y otras un poco más maléficas. El acceso a la misma es sencillo y las pasarelas facilitan poder contemplar el paisaje y el reflejo de la roca desnuda en el agua. Fue declarada Monumento Natural y, como tal, es muy visitada. Intenta encontrar algún momento poco concurrido para disfrutarla en soledad. Es una experiencia magnífica.
Antes o después de subir hasta ella te recomendamos visitar Vinuesa, una villa noble y turística donde encontrarás todos los servicios que necesites (alojamientos, restaurantes, guías, tiendas, etc). Un poco más tranquilo es Molinos de Duero. Este pueblo transmite la imagen típica de domingo: poca gente en las calles, grandes casonas con escudos nobiliarios cerradas a cal y canto, ancianos tomando el sol y un bar con terraza donde los vecinos se encuentran los fines de semana. De este modo, de forma muy tranquila, finaliza nuestra escapada por Soria. Ha quedado mucho por ver y por contar. Volveremos.
Espacios naturales sobrecogedores se esparcen al azar por la provincia de Soria. Los menos concurridos invitan a la leyenda y al misterio que sirvieron de inspiración al escritor Antonio Machado. La Naturaleza se combina sabiamente en su orografía con pueblos de piedra, vecinos hospitalarios y olor a leña quemada. Por Pepa García (edición Viajeros impresa enero 2012)
Decir que España es un país de grandes atractivos turísticos, tanto costeros como de interior, no es aportar nada nuevo. Sin embargo, una realidad que en principio es muy positiva, también ofrece otro matiz que no lo es tanto, ya que determinados enclaves quedan opacados bajo la luz y la inversión de los más promocionados. Ese es el caso de Soria. A pesar de ser poco conocida, quien la visita vuelve, y eso es muy significativo. Sus puntos fuertes son muchos y variados: naturales, históricos, legendarios, gastronómicos, etc. Entre las numerosas áreas que se podrían descubrir en territorio soriano nos hemos decidido por una de las más verdes, dando por hecho que los aficionados al turismo rural también lo son de la vida sana y las rutas naturales. No cuenta con una orografía excesivamente compleja, por lo tanto las rutas resultan accesibles e, incluso, adecuadas para realizar en familia. La zona de influencia por la que nos moveremos será la de la sierra de Urbión, el noroeste de la provincia. Esta comarca natural, cuya masa forestal es una de las más extensas de Europa, se extiende por las provincias de Soria y Burgos, en las estribaciones de Urbión, Neila y Cebollera.
La Soria verde
El color con el que se suele identificar Castilla y León no es el verde. Sin embargo, basta adentrarse un poco en su geografía para descubrir que los espacios naturales también cuentan con un lugar destacado. En Soria, la comarca de Pinares sería una digna representante de esta tonalidad, como bien lo corroboran los kilómetros y kilómetros de coníferas que conforman su mar de copas, siempre de un verde perenne.
Al abrigo de Urbión, las leyendas brillan tanto como los lugares sobrecogedores que conoceremos, donde habita el misterio al mismo nivel que la Naturaleza. Es por ello que combinaremos la visita a algunos pueblos que mantienen una arquitectura tradicional como Calatañazor, Vinuesa, Navaleno o Molinos de Duero y el paseo por parques naturales y áreas protegidas donde el otoño se regodea en cada una de sus sendas. Disponemos de tres días, y el objetivo es recorrer y disfrutar de los grandes espacios verdes de esta comarca. La Fuentona, el Cañón del río Lobos y la Laguna Negra nos esperan.
Día primero: La Fuentona y Calatañazor
En esta jornada nos dirigiremos a conocer el Monumento Natural La Fuentona, el Sabinar y luego seguiremos camino hasta Calatañazor.
La señalización en la carretera desde Muriel de la Fuente no deja lugar a dudas de la dirección correcta para llegar. Continúa hasta el último aparcamiento y deja el coche junto a un pequeño centro de interpretación. Desde allí, en un kilómetro aproximadamente, llegarás al nacedero del río Abión. Por el sendero que lleva hasta ese punto podrás ir abriendo boca con los pequeños caudales saltarines, algún puentecillo y los árboles en proceso de cambio otoñal o con sus ramas desnudas.
Si sorprendente es la imagen de esta laguna, donde la vegetación acuática campea a sus anchas y los reflejos del entorno crean un mundo paralelo, más increíble resulta conocer el universo que se oculta bajo ese pequeño ojo de manantial. Si te acercas al panel informativo, situado en el sendero de llegada, podrás leer “En la Fuentona hay un mundo escondido”, y si observas bien el croquis te harás una idea de la prolongación de esta torca en el subsuelo, en forma de galerías que se conectan hasta alcanzar el nivel del agua del río subterráneo. Puede que encuentres algún grupo de buceo espeleólogos que se aventuran a explorar las profundidades. A priori, he de confesar que da un poco de miedo introducirse en ese mundo oculto. Este paseo inicial se puede ampliar con muchas otras caminatas como aquella que culmina en una cascada. Una vez que el sol comienza a subir, llega el momento de encaminarse a la salida de nuevo e ir a conocer el Sabinar de Calatañazor.
Este bosque de sabinas, que sobrepasan la veintena de metros de altura, permanece ahí, junto a la carretera, sin llamar la atención entre la vegetación. Si no has pasado por la Casa del Parque del Sabinar te contamos que está incluido dentro de la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, que es el sabinar de páramo más extenso del país y el mejor conservado. Esto a nivel de datos porque, si pasamos a las percepciones, estas reliquias del Terciario, que actúan como madrazas cobijando y alimentando a las aves durante los meses más duros, parecen tener vida propia. Experimentad la sensación de pegar vuestra oreja a su tronco y escuchad los susurros, los gemidos de la madera y percibid sus vibraciones. Quizás pretenden contarnos los avatares de su larga existencia.
Pero el mejor libro de historia lo encontraremos en Calatañazor, un pueblo encaramado a una colina que se hace desear desde la distancia. Su silueta atrae con la misma fuerza que su nombre, que todo el mundo finaliza con la rima “donde Almanzor perdió el tambor” dando por hecho que la humanidad entera debe conocer esta leyenda. En esta villa medieval, declarada Conjunto Histórico-Artístico, todas las calles empedradas dirigen al castillo, pasando antes por la iglesia, y por pequeñas tiendas de recuerdos y restaurantes.
Es muy sencillo imaginar la vida en estas casonas de piedra, el trasiego de caballos e hidalgos y, por supuesto, a Almanzor perdiendo la batalla en 1002 contra los cristianos. Las chimeneas redondas de las casas son bellísimas y expanden el aroma a leña quemada que caracteriza a los pueblos. Un lugar insólito para retomar fuerzas es el restaurante el Palomar ubicado en un torreón donde se guarecían estas aves, la comida es casera y el trato inmejorable.
Segundo día: P.N. Cañón del río Lobos
Nos han hablado tanto del Parque Natural del Cañón del río Lobos que parece que lo conocemos; pero, no por ello tenemos menos deseos de explorarlo desde todas las vertientes.
Antes de comenzar la caminata conoceremos algunos pueblos que se encuentran muy cerca como San Leonardo de Yagüe, donde llama la atención el Arco, una de las puertas que formaba parte de la muralla y la iglesia de San Leonardo de Abad; Navaleno, digno representante de la arquitectura típica de la comarca, donde te aconsejamos pasear sin prisa por sus calles; el monumental Burgo de Osma no necesita presentación (allí encontrarás el hotel Termal Burgo de Osma creado dentro de la antigua Universidad de Santa Catalina, un edificio del siglo XVI) y el castillo de Ucero.
Este espacio, declarado Parque Natural en 1985, fue el primero de la comunidad, y es el que más visitantes recibe en todo el año. Entre sus rutas se encuentran algunas bastante accesibles –incluso para familias con sillas de bebé (a ser posible que sean todoterrenos)– y otras un poco más complicadas. Todas ellas contribuyen a mostrar los atractivos de este desfiladero, producto de la erosión provocada por el río Lobos. Lo más gratificante, desde una perspectiva geomorfológica, es que estarás contemplando rocas pulidas por los elementos que conservan la memoria de más de cien millones años. Bajo el suelo, aunque no se vea a simple vista, numerosos acuíferos han sido tatuados con estalagmitas y estalactitas.
El paseo más común es el que comienza a partir del último aparcamiento y te conduce por un sendero bien señalizado hasta la ermita de San Bartolomé. Este templo, que se cree que formaba parte del monasterio templario de San Juan de Otero, está envuelto en un aire místico. Aseguran que encierra claves iniciáticas, símbolos y mandalas alquimistas. La explanada que está frente a él es un buen lugar para hacer un pequeño picnic y, así de paso, intentar sentir alguna de las fuertes energías del enclave.
Lo idóneo es que, además de conocer el desfiladero desde abajo, también pudieses obtener una perspectiva aérea que te permitiera observar de cerca las oquedades de los farallones donde anidan los buitres. Investiga algunos de los itinerarios que lo posibilitan.
Los atardeceres, además, son espectaculares, ya que estas aves comienzan a recluirse y sobrevuelan el cañón.
Jornada de despedida: Laguna Negra
Nuestro último día lo vamos a dedicar a otro lugar envuelto en la leyenda, en este caso la de Alvargonzález que a todos nos suena de la obra de Antonio Machado. El color oscuro de la Laguna Negra inspira multitud de historias sobre criaturas buenas y otras un poco más maléficas. El acceso a la misma es sencillo y las pasarelas facilitan poder contemplar el paisaje y el reflejo de la roca desnuda en el agua. Fue declarada Monumento Natural y, como tal, es muy visitada. Intenta encontrar algún momento poco concurrido para disfrutarla en soledad. Es una experiencia magnífica.
Antes o después de subir hasta ella te recomendamos visitar Vinuesa, una villa noble y turística donde encontrarás todos los servicios que necesites (alojamientos, restaurantes, guías, tiendas, etc). Un poco más tranquilo es Molinos de Duero. Este pueblo transmite la imagen típica de domingo: poca gente en las calles, grandes casonas con escudos nobiliarios cerradas a cal y canto, ancianos tomando el sol y un bar con terraza donde los vecinos se encuentran los fines de semana. De este modo, de forma muy tranquila, finaliza nuestra escapada por Soria. Ha quedado mucho por ver y por contar. Volveremos.
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CÓMO LLEGAR Y MOVERSE
Soria está muy bien comunicada, desde el centro de España deberás seguir la A-2. Una vez dentro de la provincia, las dos carreteras que deberás tener en cuenta son la N-122 y la N-234, además de otras comarcales. La primera enlaza Burgo de Osma con Soria y pasa por Calatañazor y la segunda transcurre por la zona de Navaleno y San Leonardo. La manera más cómoda de moverse para seguir las rutas propuestas es en coche.
DÓNDE ALOJARSE
• Hotel Rural La Reserva de San Leonardo. 4*. Rodeado por bosques de pinos, se alza este complejo. Es idóneo para los que buscan la calma y el relax de un entorno rural y quieren estar bien comunicados para emprender alguna ruta por la provincia. Dispone de 66 habitaciones y suites, todas muy amplias y con una agradable decoración.
El huésped se siente muy bien acogido, ya que la privacidad de las habitaciones se alterna con la posibilidad de frecuentar los salones comunes con chimenea, la cafetería o su magnífico restaurante. Incluso es posible llevar a cabo reuniones de negocio o celebraciones en sus salas con capacidad hasta 400 personas. Os recomendamos visitar las caballerizas y, si os animáis, realizar alguna ruta ecuestre, pues el entorno se presta a ello.
El gimnasio, la sauna, la piscina exterior, etc. complementan su oferta. Ctra. N-234, km 401. San Leonardo de Yagüe. Tel 975 376 912, www.hotellareserva.es
• Centro de turismo rural Los Ranchales. La oferta de habitaciones amplias y acogedoras se combina sabiamente con las propuestas culinarias de la cocina de Elisa. Ctra. de Quintanarejo, km. 4,5. Vinuesa. Tel. 646 704 416, www.losranchales.com
• Posada Real Casa del Cura. Se trata de un alojamiento con restaurante y una agradable terraza mirador. Estancias muy espaciosas y con grandes ventanales. Calatañazor. Tel. 975 183 642, www.posadarealdelcura.com
• La Casona de Navaleno. Este acogedor y colorista centro de turismo rural dispone de seis habitaciones, un salón-comedor amplio con chimenea, gimnasio, sala de usos multiples y jardín. Cañada Real, 1. Navaleno. Tel. 975 374 429, www.lacasonadenavaleno.com
GASTRONOMÍA
Si los espacios naturales pueden ser el primer motivo de visita de estas tierras, el segundo es, sin duda, la gastronomía. Como buena representante castellana, en Soria encontrarás un buen surtido de platos contundentes a base de cerdo, cordero y ternera. Los productos procedentes de la caza y la pesca también destacan. No dejes de probar los guisos de venado o jabalí y los riquísimos cangrejos de río. En época de setas, sería un pecado no probar alguno elaborado a base de ellas. Si coincide la visita con algunas jornadas micológicas no dejes de realizar una pequeña ruta por los restaurantes que formen parte de la misma.
DÓNDE COMER
Aunque es difícil equivocarse en cuanto a establecimientos de restauración en la comarca de Pinares, os recomendamos los siguientes:
• Mesón El Hachero. Restaurante familiar cuyos propietarios se desviven con la clientela, por lo que, además de comer de maravilla, sales con una buena dosis de cariño extra. En el centro del local se sitúa una chimenea que aporta calidez y sirve para ir preparando, al momento, suculentos chuletones. Aparte de las carnes a la parrilla, las sopas y postres caseros también son dignos de mención. En fin de semana es conveniente reservar. Real, 43. Navaleno. Tel. 975 374 160, www.mesonelhachero.es
• El Palomar. Este local, de los mismos dueños de la casa rural de la Villa, está ubicado en un antiguo palomar rehabilitado donde se ha instalado un horno del s. XVIII. Cocina tradicional casera y muy buen trato al cliente. Si vas en familia, a los niños les encantará comer en el torreón-palomar. Calatañazor.
• Mesón Tito. Restaurante amplio y concurrido, sobre todo los fines de semana. Ofrece desde platos combinados hasta menús degustación. Las especialidades, setas y cochinillo asado, son toda una tentación. Reina Sofía, 30. Vinuesa. Tel. 975 378 227, www.mesontito.com
DIRECCIONES
Centro de Iniciativas y Turismo Turismo de Urbión
www.turismourbion.com
Patronato de Turismo de Soria. Tel. 975 220 511, www.sorianitelaimaginas.com
Soria está muy bien comunicada, desde el centro de España deberás seguir la A-2. Una vez dentro de la provincia, las dos carreteras que deberás tener en cuenta son la N-122 y la N-234, además de otras comarcales. La primera enlaza Burgo de Osma con Soria y pasa por Calatañazor y la segunda transcurre por la zona de Navaleno y San Leonardo. La manera más cómoda de moverse para seguir las rutas propuestas es en coche.
DÓNDE ALOJARSE
• Hotel Rural La Reserva de San Leonardo. 4*. Rodeado por bosques de pinos, se alza este complejo. Es idóneo para los que buscan la calma y el relax de un entorno rural y quieren estar bien comunicados para emprender alguna ruta por la provincia. Dispone de 66 habitaciones y suites, todas muy amplias y con una agradable decoración.
El huésped se siente muy bien acogido, ya que la privacidad de las habitaciones se alterna con la posibilidad de frecuentar los salones comunes con chimenea, la cafetería o su magnífico restaurante. Incluso es posible llevar a cabo reuniones de negocio o celebraciones en sus salas con capacidad hasta 400 personas. Os recomendamos visitar las caballerizas y, si os animáis, realizar alguna ruta ecuestre, pues el entorno se presta a ello.
El gimnasio, la sauna, la piscina exterior, etc. complementan su oferta. Ctra. N-234, km 401. San Leonardo de Yagüe. Tel 975 376 912, www.hotellareserva.es
• Centro de turismo rural Los Ranchales. La oferta de habitaciones amplias y acogedoras se combina sabiamente con las propuestas culinarias de la cocina de Elisa. Ctra. de Quintanarejo, km. 4,5. Vinuesa. Tel. 646 704 416, www.losranchales.com
• Posada Real Casa del Cura. Se trata de un alojamiento con restaurante y una agradable terraza mirador. Estancias muy espaciosas y con grandes ventanales. Calatañazor. Tel. 975 183 642, www.posadarealdelcura.com
• La Casona de Navaleno. Este acogedor y colorista centro de turismo rural dispone de seis habitaciones, un salón-comedor amplio con chimenea, gimnasio, sala de usos multiples y jardín. Cañada Real, 1. Navaleno. Tel. 975 374 429, www.lacasonadenavaleno.com
GASTRONOMÍA
Si los espacios naturales pueden ser el primer motivo de visita de estas tierras, el segundo es, sin duda, la gastronomía. Como buena representante castellana, en Soria encontrarás un buen surtido de platos contundentes a base de cerdo, cordero y ternera. Los productos procedentes de la caza y la pesca también destacan. No dejes de probar los guisos de venado o jabalí y los riquísimos cangrejos de río. En época de setas, sería un pecado no probar alguno elaborado a base de ellas. Si coincide la visita con algunas jornadas micológicas no dejes de realizar una pequeña ruta por los restaurantes que formen parte de la misma.
DÓNDE COMER
Aunque es difícil equivocarse en cuanto a establecimientos de restauración en la comarca de Pinares, os recomendamos los siguientes:
• Mesón El Hachero. Restaurante familiar cuyos propietarios se desviven con la clientela, por lo que, además de comer de maravilla, sales con una buena dosis de cariño extra. En el centro del local se sitúa una chimenea que aporta calidez y sirve para ir preparando, al momento, suculentos chuletones. Aparte de las carnes a la parrilla, las sopas y postres caseros también son dignos de mención. En fin de semana es conveniente reservar. Real, 43. Navaleno. Tel. 975 374 160, www.mesonelhachero.es
• El Palomar. Este local, de los mismos dueños de la casa rural de la Villa, está ubicado en un antiguo palomar rehabilitado donde se ha instalado un horno del s. XVIII. Cocina tradicional casera y muy buen trato al cliente. Si vas en familia, a los niños les encantará comer en el torreón-palomar. Calatañazor.
• Mesón Tito. Restaurante amplio y concurrido, sobre todo los fines de semana. Ofrece desde platos combinados hasta menús degustación. Las especialidades, setas y cochinillo asado, son toda una tentación. Reina Sofía, 30. Vinuesa. Tel. 975 378 227, www.mesontito.com
DIRECCIONES
Centro de Iniciativas y Turismo Turismo de Urbión
www.turismourbion.com
Patronato de Turismo de Soria. Tel. 975 220 511, www.sorianitelaimaginas.com
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