Madalena, en el oeste, es el municipio mas poblado y el que ejerce de capital. Su puerto está siempre animado por la llegada y partida de barcos hacia otras islas, los barcos de pescadores y las lanchas de empresas de avistamiento de ballenas. Su plaza principal en el centro histórico la domina la iglesia blanca de Santa Maria Madalena.
Lajes do Pico, al sureste, es una localidad preciosa y una de las que primero se pobló. Muy importante en la época más activa de la caza de la ballena conserva patrimonios desde el S.XVI hasta S. XVIII que le dan a su casco urbano un encanto peculiar. El paseo por sus calles es hermoso y sentirse llevado a otros tiempos más remotos y auténticos está asegurado.
Sao Roque, en el norte, completa el trio con su puerto pesquero, su antigua factoría ballenera hoy convertida en museo y rodeada de viñedos en sus laderas.
Por toda la costa encontramos casas aisladas o en pequeños grupos con fachada de piedra volcánica y colores vivos que son alojamientos turísticos. Se llaman “adegas” y son la principal opción para alojarse. Algunas son de reciente construcción y otro buen número han sido antes y durante siglos hogares de familias de pico que emigraron en barcos hacia Estados Unidos y Canadá especialmente buscando una subsistencia que se hacía imposible en su adorada isla, pero poco desarrollada durante décadas. En los últimos años el desarrollo turístico de la isla y su mejor conexión con el mundo han hecho posible que esas viviendas se restauren y cobren nueva vida como alojamientos turísticos.
Pensarás que cuando llegan turistas y el número de personas en la isla es muy superior, se romperá el equilibrio y el encanto. Pero no es así. Aunque muchas viviendas son ahora alojamientos turísticos, la capacidad hotelera es aún baja y ningún lugar está aún colapsado. Los apartamentos están muy bien acondicionados y situados en lugares con vistas al mar o a montaña espectaculares.
Cada año llega más turismo. Pico está de moda. Para la bueno y para lo malo. Sin embargo, Pico fue premiada en 2012 por su vinculación con el turismo sostenible y sus habitantes quieren conservar el especial ambiente que se respira en la isla.