El litoral de Huelva, Cádiz, Málaga, Granada y Almería continúa esta temporada otoñal invadido por esa luz que ha inspirado a artistas y literatos de todos los tiempos. Esa luz matizada ahora por las nubes acaricia la piel (y el alma) al tiempo que realza el tono amarillento, rojizo y castaño de los bosques. Ha llegado el momento de recorrer Andalucía y de dejarse sorprender por propuestas auténticas, que representen el arte de viajar y de disfrutar con lo genuino. Pasada la época del turismo de masas esta comunidad muestra su faceta más relajada como lo que es: una región hospitalaria, amante de una buena charla, del arte y de la música que emocionan y de una gastronomía sin artificios con productos de la tierra.
Atardecer en El Rompido (©PGM) y bellos colores del Río Tinto, Paisaje Protegido en algunos tramos (© OCheca).
Huelva y Cádiz, mar y montaña
Las extensas playas onubenses (como la de Mazagón o la Flecha del Rompido), adormecidas ahora por al vaivén de las olas y la escasez de turistas, son el lugar perfecto para pasear acompañados por la brisa fresca. Si lo hacemos a caballo el pulso se acelera agradablemente al recorrer las largas ensenadas del Parque Nacional de Doñana. En este espacio protegido viven especies únicas –y en peligro de extinción– como el águila imperial ibérica, el lince ibérico o la tortuga mora (Testudo graeca); además de tener gran importancia ornitológica como lugar de paso, cría e invernada de miles de aves europeas y africanas.
Los paseos por las playas se pueden combinar con visitas al interior de la provincia donde es difícil no sucumbir a la belleza de la Gruta de las Maravillas, en Aracena; al color de la vegetación en torno a Castaño del Robledo, en la Sierra de Aracena; al paisaje marciano de las Minas de Riotinto; o a catar unos vinos en las bodegas del Condado de Huelva.
A los placeres que nos facilita el Atlántico en forma de caballa, corvina, rodaballo, atún, gamba blanca, choco o langostinos, durante el otoño les salen duros competidores: las exquisitas setas de la sierra y el jamón con DOP Jabugo.
Plaza de San Juan de Dios © David Ibáñez/ PTCádiz
La ensenadas infinitas de Huelva continúan en el litoral de Cádiz. Prácticamente vírgenes entre Chiclana y Tarifa y con una gran oferta de servicios en el entorno de la capital siguen ahí esperando a que las visitemos. Si durante el verano la provincia mira casi exclusivamente al mar, cuando las temperaturas comienzan a templarse, no debemos perder de vista el interior. Los amantes de la cultura y el buen comer gozamos visitando los museos y nuevas exposiciones de la capital, y realizando rutas enoturísticas en el entorno de Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda. Mientras tanto, los más activos suelen calzarse sus botas de montaña, cogen un chubasquero y una mochila y se lanzan a recorrer las decenas de senderos que peinan la provincia, muchos de ellos en el privilegiado entorno de la Sierra de Grazalema.
Olvera y río Majaceite a su paso por Benamahoma (Cádiz) © PTCádiz
La Ruta de los Pueblos Blancos gaditanos es uno de los recorridos en coche más recomendables por su imagen de postal, su fácil acceso y porque representa la oportunidad de saborear la gastronomía serrana. El vacuno retinto, el queso de cabra payoya, los embutidos, la caldereta de cordero, la carne de caza o la repostería tradicional (pestiños, alfajores de Medina, tocino de cielo...) están presentes en los hogares y también en ventas de carretera, confiterías y granjas ecológicas.
Málaga, cultivada y natural
La capital malagueña es una propuesta perfecta todo el año por su amplísima oferta cultural. Museos como el de Pablo Picasso, el Centro Pompidou, el Carmen Thyssen, el Centro de Arte Contemporáneo, el Automovilístico o el Ruso son solo un aperitivo de todo lo que se cuece allí. Entre las visitas recomendables para realizar estos próximos meses en la provincia se encuentra el Caminito del Rey, una senda espectacular de 7,7 kilómetros que discurre a lo largo del desfiladero de los Gaitanes, sobre el río Guadalhorce, entre las poblaciones de Ardales y El Chorro. Un gran reto para los que padecen de vértigo. Otras dos propuestas imprescindibles son el Parque Natural de la Sierra de las Nieves, con su laberinto de cuevas, y el Torcal de Antequera, cuyas caprichosas formas en las rocas calizas dejan boquiabierto.
Caminito del Rey © P.T.Costa del Sol
Disfrutar de una experiencia gastronómica en Málaga es otro motivo más para realizar una escapada de fin de semana. ¿Quién puede negarse a visitar alguno de sus restaurantes con estrella Michelin? En la provincia se puede elegir entre Dani García, El Lago y Skina, en Marbella; Kabuki Raw, en Casares; José Carlos García, en Málaga; y Sollo, en Fuengirola.
Granada y Almería, tierras de contrastes
Si los atardeceres en Andalucía sobre el mar nos deslumbran cuando el sol se oculta sobre la serranía o tiñe de rojo fuego la Alhambra (el mejor lugar para verlo es el mirador de San Nicolás) llegan a emocionar. La magia de la capital de Granada se oculta en la monumental Alhambra, como hemos mencionado, y también en los cármenes del Albaicín, en el Sacromonte, en los jardines del Generalife, en sus tabernas e, incluso, en sus generosas tapas.
Patio de los Leones de La Alhambra (Granada) ©PGM
Fuera de la capital granadina encontramos propuestas tan curiosas como dormir en una casa cueva en Guadix o recorrer el paisaje, a veces estepario, del Altiplano (es recomendable en esta comarca degustar el cordero segureño con DGP). Muy tentadora es también la opción de visitar Alhama de Granada para disfrutar de sus baños termales mientras esperamos pacientemente que comiencen a caer los primeros copos de nieve para inaugurar las pistas de Sierra Nevada. Granada, desde la costa hasta la montaña pasando por la capital, ofrece una de las ofertas turísticas más completas de la comunidad andaluza.
Balneario de Alicún de las Torres y Sierra Nevada © PT Granada
Almería es otra provincia privilegiada por su variedad de paisajes. Las playas de arena dorada del entorno de Cabo de Gata se alternan con otras casi inaccesibles y vírgenes como la de Mónsul o Los Genoveses. Ese mismo contraste es también su mayor atractivo. ¿Practicar buceo por la mañana, hacer una ruta por el desierto de Tabernas por la tarde y terminar el día de compras por la Alpujarra almeriense? Es posible y, además, solo sería una pequeña muestra de lo que se puede hacer en esta provincia durante todo el año.
Cargados de jarapas, cerámicas, dulces, aceite, vinos y quesos dejamos Almería y Andalucía. Nos llevamos su sabor en nuestra maleta y la retina cargada de postales. Sin duda, Andalucía 'fuera de temporada' merece mucho la pena.
Más información en www.andalucia.org
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