Tierra de Campos. Valladolid.
Shhhh... silencio... no rompamos la calma que se respira en este rincón donde las llanuras pintadas de verdes y ocres se extienden hasta el infinito; andemos con cuidado, atentos a las bandadas de pájaros que se levantan sobre las cosechas de cereal; shhhh... En Tierra de Campos Zona Norte de Valladolid encontraremos la paz que muchos buscamos.
Texto: A. González Fotos: Jordi Jofré (revista Viajeros, abril 2012)
El sol se levanta temprano y sus rayos doran la tierra donde los cultivos de trigo, cebada y girasoles pintan el paisaje. Sólo escucho la voz del viento que azota fuertemente mis mejillas, una constante a la que ya están habituados los oriundos. En mi visita conozco los centros de interpretación que me ayudarán a entender el entorno. Las iglesias, soportales, rutas senderistas y palomares –un ejemplo clásico de la arquitectura rural por estos lares– salpicarán mi camino. Desnudas llanuras multicolores y grajos, cernícalos primilla y palomas aparecerán a ambos lados de la carretera.
¿Buscan compartir los placeres que brinda la idiosincrasia de las pequeñas localidades? Tierra de Campos Zona Norte de Valladolid es una buena idea para aquellos que desean aislarse del mundanal ruido y saben hallar el encanto a la sencillez.
La riqueza de las llanuras
Su primer atractivo son los paisajes. Dos entornos diferentes son su carta de presentación. Por un lado hace alarde de la ribera del río Cea por donde discurre su senda más extensa que conecta las localidades que se levantan en las orillas del paso fluvial como Melgar de Arriba y de Abajo, Monasterio de Vega o Santervás de Campos. Por otro, encontramos la ancha llanura que rodea al visitante y que es la constante a lo largo de todo el recorrido.
Ambos ecosistemas dan cobijo a una gran cantidad de aves que ha sido razón suficiente para organizar rutas ornitológicas. Tomad vuestros prismáticos porque a cada paso te sorprenden levantando el vuelo avefrías, halcones comunes, sisones y, con seguridad, alguna avutarda, que ha decidido establecer en esta Tierra de Campos su hogar predilecto, constituyendo así la mayor concentración del mundo. Por otro lado, si quienes nos llaman la atención son sus primos los cernícalos primilla podemos acercarnos al mirador de Cuenca de Campos, donde se avista un deshabitado convento donde cientos de ellos se cobijan.
Para completar el conocimiento del medio en Monasterio de Vega encontramos el Centro de Avifauna donde un recorrido por todas las especies que se esconden por la región nos demuestra la riqueza que posee el aparente anodino paisaje cerealístico.
Protagonistas del campo
El siguiente punto que destacamos tiene un nombre y no es nada común verlos por otras zonas. Se llama palomar y sí, por raro que parezca hablamos de esas construcciones simples que antaño se utilizaban para facilitar la recolección de los pichones, pero que aquí adquieren una relevancia especial. No sólo por ser las crías de estas aves muy codiciadas en la Gastronomía, sino porque configuran panorámicas que impresionan.
Su interés radica en la multitud de formas diferentes que adoptan: rectangulares, de herradura, siguiendo patrones exóticos como el de las pagodas japonesas, redondos con patio interior, con cuidadas cenefas en sus muros, etc. Aún así, muchos de ustedes seguirán dudando. Háganme un favor y espérense a la puesta de sol, miren los paisajes en los que su figura entrecortada se enfrenta a un cielo teñido de colores rosados y un inmenso horizonte. Confírmenme si su actitud no ha cambiado.
De hecho la existencia de tal cantidad de estas edificaciones pone en relieve el gusto por la caza de estos vallisoletanos. Así, en Saelices de Mayorga han habilitado una sala que le rinde homenaje. Su historia, los rastros de los diferentes animales –el zorro, el jabalí, el lobo...–, los protagonistas de los caminos... se muestran en los diferentes paneles y un audiovisual, al final, hace un repaso por la información más interesante.
Toda zona rural que se precie reserva un puesto especial para la matanza y esta parte de Tierra de Campos no es menos. En Palazuelo de Vedija, conocido como el Pueblo de los Marraneros, se ha construido el Centro de Interpretación sobre el tema. Aquí, entre fotografías de elegantes señores –traje y corbata incluido– posando orgullosos frente a sus puercos y cuadros explicativos, comprendes el porqué de su sobrenombre. Desde siempre y hasta hace unas décadas –los años setenta– el motor económico no era otro que los productos derivados de este paquidermo.
Desvelada ya la importancia de la ganadería y cómo tuvo gran arraigo en la zona, no queremos desmerecer la agricultura que tuvo y tiene su importancia, de ahí el nombre de la comarca natural Tierra de Campos. Aunque hoy en día algunas de sus hectáreas de cultivo han sido abandonadas la mayoría siguen dando sus frutos y proporcionándonos ese paisaje característico de esta parte de Castilla y León, donde los campos de secano son los protagonistas. Así podremos visitar el museo de la Labranza en Villalón de Campos, con una exposición de los utensilios que se utilizaban antiguamente para trabajar la tierra, y uno sobre el pan en Mayorga.
Ocupa este último un gran edificio dividido en cuatro niveles que se encargan de desvelar los secretos de los cereales, los diferentes tipos que existen en el mundo, su historia, etc. Todo de una manera muy amena e interactiva gracias a la cual, los más pequeños, y los no tanto, disfrutarán de lo lindo. Para que sirva de ejemplo sólo mencionaremos la proyección de una simpática cocinera que dulcemente y como si de un cuento se tratara les relata recetas, sin olvidarnos de las pantallas táctiles, las maquetas y los talleres –donde todos podemos demostrar nuestra destreza bajo las órdenes de un panadero y ¡hasta llevarnos nuestro propio bollo!–. Además, para comprobar todo lo que han aprendido los jóvenes, tendrán que rellenar un cuaderno de actividades, ¡todo un reto para sus mentes inquietas! Tal vez después de esta incursión sepamos cómo aprovechar mejor las bondades de los diferentes cereales.
Y aunque no sea a gran escala debemos mencionar la producción artesanal de zapatos. De recordárnoslo se encarga el Museo del Calzado Vibot, familia que durante generaciones se dedicó a ello. La biznieta del primer miembro que comenzó la tradición decidió poner así voz a la tarea realizada durante siglos en su casa con este coqueto lugar que muestra el proceso de elaboración, las herramientas utilizadas, la maquinaria, etc.
Los pueblos y sus gentes
Los trayectos para descubrir los secretos que se esconden en cada enclave tienen doble interés. Primero, porque el tiempo que separa uno de otro nos sirve a algunos para desenredar el galimatías en el que a veces nuestra mente se sumerge. Segundo, porque así podremos descubrir pequeñas joyas que pasarían desadvertidas de otra forma, como el retablo del templo de San Miguel en Melgar de Arriba. También es posible convertirse en pájaro en el mirador de Villanueva de la Condesa –punto más alto de la comarca–, recorrer el bello entorno de la laguna de Tamariz, sorprenderse con la panorámica de las casas- cueva de Aguilar de Campos... Entre tanto disfrutaremos en un bar perdido donde los oriundos te escrutan con cara de curiosidad o contemplando al grupo de jubilados que descansa bajo el sol; y cómo no, aprendiendo todo los que la vida rural, tan cercana, puede enseñarnos, sólo hace falta guardar silencio y escuchar su latido.
PARA TOMAR NOTA
Cómo llegar. Acceder a esta zona no es complicado y, exceptuando un tramo no muy largo podremos servirnos todo el tiempo de autovías: desde el sur siga la A6 y la AP65, mientras que por el Este tendremos que tomar la AP68. Para moverse por Tierra de Campos nos centraremos en la N610 y en las comarcales que interconectan los pueblos como la VA 905 o la VA 4013.
Dónde dormir y comer. Esta zona vallisoletana tiene una gran oferta de establecimientos para hospedarse y disfrutar de la buena mesa. Se detallan en la página web www.tierradecampos.com. todas las posadas reales, los centros de turismo real, hoteles, hostales, pensiones, albergues y restaurantes. Una buena referencia en Villalón de Campos es la casa El Encuentro. Puedes consultar más alojamientos en www.escapadarural.com
Gastronomía. La gastronomía de la zona es uno de los puntos fuertes de la comarca. Cabe destacar la lenteja pardina con indicación geográfica protegida, el queso típico de Villalón, que no sufre maduración alguna –si la recibe se obtiene otra variedad y se llama Pata de Mulo–, el vino con D.O. Tierra de León y el lechazo –I.G.P.–. Uno de los platos preferidos es el pichón de nidal con gran tradición.
Rutas por los alrededores. Otra idea para disfrutar del entorno es seguir las rutas señalizadas que recorren la comarca.
• Camino de Santiago. Es uno de los recorridos medievales más utilizados para llegar a Santiago.
• Ruta transnacional de palomares. Estas construcciones populares salpican la comarca y trazan un recorrido por sus principales pueblos.
• Ruta Ribera Cea. Consta de diez itinerarios de senderismo de fácil consecución.
• Rutas ornitológicas. Dos sendas señalizadas que pasan por las localidades de Melgar de Arriba, Cuenca y Villabaruz de Campos nos acercan a la avifauna de la zona.
No perderse:
• Museo del Pan. Cuatro niveles se encargan de explicar diferentes aspectos de este alimento. Ctra. Sahagún, 47. Mayorga de Campos. Tel. 983 751 625
• Museo del Calzado Vibot. Un recorrido por el proceso de elaboración artesanal del calzado. La Rúa, 17. Villalón de Campos. Tel. 983 740 213
• Museo de la Labranza. Exposición de herramientas utilizadas antiguamente en la agricultura. San Juan, 6. Villalón de Campos. Tel. 659 740 951
• Centro de Interpretación de Avifauna. Una sala explica los secretos de los animales característicos de esta zona. Monasterio de Vega. Tel. 983 785 290
• Centro de Interpretación de la Matanza y de la Vaca Enmaromada. Descubre estas dos tradiciones a través de fotografías y maquetas. Palazuelo de Vedija. Tel. 983 700 025
Más información
Turismo Tierra de Campos Zona Norte de Valladolid
Asociación para el Desarrollo Rural Integrado de Tierra de Campos. Tel. 983 761 145
Diputación de Valladolid