Recuerdo cómo hace una década, o incluso menos, en las aulas universitarias se hablaba de la interactividad de los medios de comunicación y su influencia en la audiencia en términos hipotéticos y difíciles de medir. Era, de hecho, uno de los temas recurrentes en las tesis doctorales de aquella época en las Facultades de Periodismo. Actualmente, la elucubración ya no tiene sentido, pues contamos con la mayor herramienta divulgativa de la historia: Internet.