A Estefanía de Armengol, hija de Armengol V y nieta del conde Pedro Ansúrez, le hubiese resultado difícil imaginar cuando fundó el monasterio de Valbuena, en el siglo XII, que hoy día pasearían por sus corredores personas en albornoz y zapatillas. Probablemente, también le hubiese sorprendido comprobar que los nuevos huéspedes, aunque no lleven hábitos, también buscan la desconexión del mundo terrenal.
100 Experiencias de Navidad en Castilla y León
En Castilla y León el aroma navideño se recoge en las típicas estampas con olor a leña en calles empedradas en las que los belenes cobran vida. Y es que el clima de estas tierras, que en ocasiones es todo un hándicap, consigue que en esta época se pueda disfrutar de muy distintas experiencias a golpe de tópico de postal invernal con encanto.
En Castilla y León el aroma navideño se recoge en las típicas estampas con olor a leña en calles empedradas en las que los belenes cobran vida. Y es que el clima de estas tierras consigue que en esta época se pueda disfrutar de distintas propuestas a golpe de tópico de postal invernal con encanto. Desde construir un iglú en plena sierra segoviana, o hacer una ruta con raquetas de nieve en Gredos, hasta dejarse atrapar por la magia de las luces de calles y plazas con mucha historia. La Navidad comienza en 3, 2, 1… Castilla y León ofrece más de 100 experiencias para todos los gustos.
Cuando ya se van acabando las chocolatinas del calendario de Adviento y las panderetas asoman por las calles, es que la Navidad anda cerca. Castilla y León ofrece lo que al cerrar los ojos aparece cuando se piensa en estos días: paisajes nevados, chimeneas encendidas que reúnen a familias y amigos... momentos especiales aderezados con algunas de las mejores variedades enogastronómicas del país que enderezan cuerpo y espíritu. Dicho así, suena tan idílico que para qué soñar nada más. Sin embargo, en tierras castellanoleonesas se puede elegir entre más de 100 experiencias navideñas (divididas en 5 categorías: enogastronómica, rural y de naturaleza, activa, relax y cultural). Para los que quieran un plan tranquilo, para los que necesiten hacer correr adrenalina por sus venas, para los que quieran actividades culturales: en familia, en pareja, con amigos o solos cualquier alternativa es posible.
De Castilla y León se dice que es un gran museo al aire libre. Y no solo por el amplísimo catálogo de iglesias, castillos, catedrales y monumentos que llenan sus calles; también por los caprichos con los que la naturaleza ha querido dar forma a montañas y valles. Recorrer las Médulas en esta época del año es, sencillamente, un espectáculo para los sentidos con las primeras luces del invierno bailando sobre la incipiente nieve. Eso sí, para sentir literalmente la nieve bajo los pies, en la también leonesa estación de Leitariegos proponen para estos días navideños una ruta nocturna con raquetas de nieve. Y como ya estamos abrigados hasta las orejas, ¿por qué no refugiarse en un iglú que previamente hemos construido en la sierra de Segovia? Por supuesto, este plan tan blanco en el Puerto de Navacerrada no puede terminar sin el correspondiente paseo en trineo, y lo de cantar Jingle Bells saldrá solo.
Oh, clásica Navidad
Donde seguro que van a cantar bien entonados es en Palencia. No en vano, la música va a ser protagonista tanto en la provincia como en la capital. El día 22, en la iglesia de San Pablo, el coro Freedom Gospel pondrá el punto soul de la música folk tradicional que seguramente conseguirán la sensación de rozar el cielo con la punta de los dedos. Otro entorno sacro, en este caso el de la Catedral –la ‘Bella Desconocida’– será el escenario de un concierto de órgano el día 29 y de visitas nocturnas los días 23 y 30 de diciembre. Las notas de los coros inundarán las iglesias de Alar del Rey, Osorno, Ampudia -una excusa más para ver su impresionante fortaleza- y otras localidades de la Tierra de Campos palentina. Digno de mención es también el XIII Festival Internacional Vive la Magia de León, donde se dan cita del 25 al 30 de diciembre ¡los mejores magos del mundo!
La Navidad no se entiende sin villancicos ni por supuesto, sin belenes. En la provincia de Valladolid los hay para todos los gustos. En la capital, se puede aprovechar la visita al Museo Nacional de Escultura para echar una mirada al Nápoles de Carlos III al que dan forma las aproximadamente 600 piezas del magnífico Belén Napolitano. Sin tantas pretensiones pero con su toque infantil -que no falte en estos días- en la iglesia de Santiago de Cigales se expone un año más un gran belén de plastilina. Pero si se quiere algo más de realidad y empaque, la cita ineludible está en Cabezón de Pisuerga, donde este año tendrá lugar la trigésimo octava edición de su Belén Viviente. Todo el pueblo se vuelca en las representaciones que entre construcciones de adobe, teja, arcilla y piedra dan aún más realismo a la representación, ambientada también con típicos oficios y costumbres castellanas.
Los templos de la cultura, por otro lado, tienen un lugar de honor en esta comunidad autónoma. Tenemos una cita en los museos regionales: MUSAC León, Museo de la Evolución Humana de Burgos, Museo Etnográfico de Zamora, Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero (León), y el Centro Cultural Miguel Delibes (Valladolid). Este año se celebra el 25 aniversario de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCYL), quizás es el mejor momento para disfrutar de alguno de sus conciertos (en su web encontraréis toda la programación anual).
Experiencias 'gastro'
Es inevitable imaginar la Navidad en torno a una suculenta mesa. Y de buen comer saben mucho y muy bien en cualquiera de las provincias de Castilla y León. En estas fechas navideñas, proponen en Burgos degustación de tapas que vendrá muy bien después de ver la espléndida catedral de la ciudad. Si se prefiere algo más contundente, se puede optar por saborear las Merindades durante dos días con sus correspondientes raciones de lechazo y morcilla. Para los amantes del queso, las queserías Chillón Plaza de Toro, que alberga el único museo dedicado a este manjar en Zamora, ofrece la posibilidad de conocer su instalaciones y probar siete de sus quesos. Teniendo en cuenta las bondades en cuanto a vinos que tiene Castilla y León, también es buena época para conocer la ‘Bebida de Reyes’ de las bodegas Emina de Medina del Campo o bien pasearse copa en mano por el Museo del Vino de Peñafiel. Eso sí, como no solo de vino vive el hombre, los amantes del zumo de cebada también tienen la oportunidad de participar en una cata de siete cervezas de invierno en la localidad segoviana de Santo Tomé de Segovia.
Si se prefiere un plan de lujo –para todos los sentidos– dejarse mimar en Hacienda Zorita Wine Hotel & Spa, que propone conocer sus caldos, incluido el ron, con cata y visita de un hotel cuyos orígenes se remontan a 1336. En cualquier caso, la báscula hay que olvidarla para enero y su cuesta que ya ayudará a bajarla.
¿Y qué hay más apetecible con el estómago bien lleno que una buena siesta? Castilla y León cuenta con una amplísima red de establecimientos para cualquier gusto y presupuesto. Es posible incluso alojarse en Posadas Reales o castillos. Pero mejor después de un cuento, los que se contarán en el VI Festival Ávila de Cuento, que tendrá lugar la semana del 26 de diciembre en distintos espacios de la capital abulense.
Otra Navidad también es posible
Como los hay que no quieren ver una zambomba ni en pintura, las opciones en Castilla y León también son casi infinitas para olvidarse de los días del espumillón. Desde una escapada romántica en una Posada Real de Sanabria hasta descubrir la Laguna Negra de Soria. No muy lejos de aquí y para terminar con la boca abierta, un paseo por Castroviejo, sorprenderá con una ciudad encantada de piedra y un entorno que, no solo en Navidad, es idílico durante todo el año.
Más información en www.turismocastillayleon.com
Artículo patrocinado por Junta de Castilla y Léon
Texto y fotos: Editorial Viajeros
La Historia Sagrada está plagada de ángeles y arcángeles prácticamente en todas las situaciones que recoge. Más o menos creyentes, todos hemos escuchado hablar de los "Tres Arcángeles", siempre tranquiliza pensar que nos acompaña nuestro "Ángel de la Guarda", y negamos la existencia del "Ángel malo". Es precisamente a esta figura religiosa a quien dedica su vigésima cuarta edición "Las Edades del Hombre", este año la sitúa en Lerma y la titula "Angeli"