Estonia es, a la vez, el escenario ideal para un cuento infantil y un país moderno que usa las más recientes vanguardias tecnológicas. Aquí las historias de hadas se mezclan con los smartphones. En cualquiera de sus bosques, el lobo de Caperucita podría estar llamando por el móvil a la abuelita o votando por Internet en las elecciones presidenciales.
Ruta en coche por el sur de Estonia
Una forma agradable y diferente de visitar Estonia es en coche o en moto. Este país del norte de Europa cuenta con unas excelentes infraestructuras por lo que es muy sencillo y cómodo realizar este tipo de viaje por nuestra cuenta. Visit Estonia propone los diez lugares del sur del país que no podemos perdernos si organizamos nuestro propio fly & drive.
Una forma agradable y diferente de visitar Estonia es en coche o en moto. Este país del norte de Europa cuenta con unas excelentes infraestructuras por lo que es muy sencillo y cómodo realizar este tipo de viaje por nuestra cuenta. Visit Estonia propone los diez lugares del sur del país que no podemos perdernos si organizamos nuestro propio fly & drive.
1. Tartu, la ciudad más antigua de las Repúblicas Bálticas
La capital intelectual de Estonia es, además, la cuna del famoso festival de la canción del país, del teatro estonio y el hogar de una de las universidades más antiguas del norte de Europa. No os perdáis el observatorio de la universidad, donde se encuentra el arco geodético –incluido en la lista de patrimonio de la humanidad de la Unesco–, el Centro Científico Ahhaa y el Museo de la Cerveza A. Le Coq.
2. Castillo de Sangaste
El castillo de Sangaste, situado en el sur del país, es uno de los lugares que National Geographic ha marcado con sus famosos marcos amarillos para indicar visitas que merecen la pena. Si estáis interesados en la cultura y la historia, definitivamente, tenéis que acercaros a este lugar. La fortaleza y su parque fueron construidos basándose en el famoso Castillo de Windsor en Reino Unido.
3. Lago Viljandi y las ruinas del Castillo de la Orden de Viljandi
Este castillo de piedra fue erigido en el mismo lugar donde en 1224 se levantaba otra construcción de defensa. Se cree que su forma y tamaño finales datan de principios del siglo XVI y fue una de las fortalezas más importantes del país. Desde las ruinas tendremos las mejores vistas de las aguas del lago Viljandi.
4. Taevaskoja
Taevaskoja es uno de los sitios más famosos del sur de Estonia. Sus afloramientos de de piedra caliza y su antiguo valle, conforman una de las más bellas zonas de la Reserva Paisajística del Río Ahja. Las leyendas hablan de cuevas, demonios y sirenas… entre otros seres mitológicos. Disfrute de un paseo desde la Pequeña Taevaskoja hasta la Gran Taevaskoja.
5. Reserva Natural de las Cuevas de Piusa.
Las cuevas de Piusa fueron creadas en 1922 debido a una cantera de arena de cuarzo que era utilizada para hacer cristal. Además de las antiguas oquedades de las minas, también encontramos tres grutas creadas por la mano del hombre que se han convertido en un sitio de hibernación de murciélagos: en la actualidad cuenta con la colonia más importante del este de Europa. Es posible visitarlas desde el centro de visitantes.
6. Valle del Ruiseñor (Nightingale Valley) y Lagos de Rõuge.
El primitivo valle de Rõuge, con 10 kilómetros de extensión y más de 50 metros de profundidad, cuenta con varios lagos conectados por los ríos Rõuge y Ajo. El valle del ruiseñor (Ööbikuorg), vigilado por una Antigua Fortaleza, es el valle más conocido de esta zona con 300 metros de extensión y de 12 a 15 metros de profundidad.
7. Mansión de Alatskivi y Ruta de la Cebolla
La Ruta de la Cebolla nos llevará por las orillas del Lago Peipsi (uno de los más grandes de Europa) serpenteando desde la orilla derecha del río Emajõgi hasta Kallaste. La antigua cultura germano-báltica está representada por la mansión señorial de Alatskivi, pero también podrás obtener una panorámica sobre la cultura rusa de los Viejos Creyentes y de la cultura de los antiguos campesinos estonios
8. Suur Munamägi
Suur Munamägi es el punto más alto de las Repúblicas Bálticas, aunque alcanza sólo 318 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde su torre de observación obtendremos unas fantásticas vistas de sus alrededores (hasta 50 km en todas las direcciones). La torre fue construida en 1939 y reconstruida en 1969 y cuenta con una altura de 29,10 metros.
9. Museo Estonio de Aviación
El Museo Estonio de Aviación comenzó siendo una colección privada antes de abrir sus puertas como museo en el año 2002. En su interior, los visitantes encontrarán una exposición de maquetas de alta calidad con casi 400 aeronaves que han tenido un importante papel en la historia de la aviación. Allí podrás encontrar desde aeronaves de pasajeros a bombarderos.
10. Mansión Mooste
La Mansión Mooste, a las orillas del hermoso lago del mismo nombre, cuenta con uno de los conjuntos de edificios de estilo historicista más impresionantes. Y hay mucho más que ver: un taller de restauración, un centro de arte, una sala de conciertos con capacidad para 500 personas, y la casa de huéspedes de la destilería, uno de los lugares más románticos para una estancia en el sur de Estonia.
Si el coche es tu forma favorita de viajar, no te pierdas otras propuestas de rutas en coche como Suiza, la madre de todas las rutas.
Texto y fotos: Editorial Viajeros
Estonia, un país pequeño y recoleto, nos llama desde el norte de Europa. Comenzamos el recorrido en Tallín, cuyo casco histórico está envidiablemente conservado. Seguiremos por Tartu, su imparable vida nocturna estudiantil y las aventuras en el río Ahja. Al final llegaremos a los asentamientos de los Viejos Creyentes y de los Setos en el lago Peipsi.