Japón. Más allá de los cerezos en flor

Si bien la mayoría de los cerezos florecen durante el período entre marzo y abril, los cerezos del área central de Japón pueden ofrecer tiempos de floración sorprendentemente diversos para los visitantes. De hecho, mientras que algunos cerezos florecen ya en febrero, en otras zonas lo hacen a finales de otoño, en función de la región y la variedad del cerezo. A continuación, presentamos algunos ejemplos de los mejores lugares en la región central de Japón donde poder disfrutar de la flor japonesa más característica y nacional, el cerezo. Área que comprende las prefecturas de Aichi, Toyama, Ishikawa, Fukui, Nagano, Gifu, Shizuoka, Mie y Shiga, incluyendo el área metropolitana de las tres ciudades principales de la zona: Nagoya, Shizuoka y Hamamatsu. Este área ocupa la zona central de la isla principal de Japón, (Honshu), y se encuentra entre Tokyo y Kyoto.

Construido en una ubicación estratégica con vistas a un río, como muchos de sus homólogos en Europa, el castillo de Inuyama, (situado en la ciudad de Inuyama, dentro de la Prefectura de Aichi), es uno de los castillos más antiguos que aún se conservan en Japón. La fortaleza de Inuyama fue construida  en  1537 y  desde entonces ha contemplado a numerosos soldados marchando a batallas sangrientas durante el período de los Estados Combatientes en el siglo XVI. Los visitantes pueden subir las empinadas escaleras hasta la cima de esta antigua fortaleza, donde pueden disfrutar de una vista panorámica del río Kiso y la llanura ubicada tras este, tal  y como hacían hecho los señores de la guerra, los archiconocidos samurai hace cinco siglos. Además, el castillo exhibe una colección de auténticas armaduras de guerreros samurai. A finales de marzo, cuatrocientos cerezos florecen, dando a los visitantes una oportunidad única de capturar el pintoresco castillo dentro de un marco rosado claro de flores de cerezo.

Considerado uno de los Tres Grandes Cerezos en Japón, el Usuzumi-zakura situado en la ciudad de Motosu, (Prefectura de Gifu), es un enorme cerezo con 1500 años de antigüedad. La leyenda dice que el árbol fue plantado por un emperador a principios del siglo VI. Numerosas ramas retorcidas, gruesas y delgadas, se extienden desde el ancho tronco de este venerable árbol, que tiene una circunferencia de tronco de 9.9 metros. Las flores cambiarán su tono a medida que florecen, desde el color rosa pálido, (cuando las flores aún están comenzando a brotar), al blanco que alcanzan cuando están en plena floración, y posteriormente a un rosa muy sutil durante los últimos días de floración. Este color rosa es descrito por los japoneses como "usuzumi", el color de tinta diluida utilizada en la pintura japonesa tradicional. La floración máxima del árbol generalmente se produce a principios o mediados de abril, aunque depende de la variedad del cerezo.

Las flores rosadas de cerezo en primavera, así como el ardiente follaje rojo del otoño son dos de las principales atracciones de temporada en Japón. Entonces, ¿por qué no disfrutar de la belleza que nos ofrecen ambas estaciones al mismo tiempo? El distrito de Obara en la Ciudad de Toyota, (Prefectura de Aichi), ofrece una experiencia inigualable. La ciudad es el hogar de Shiki-zakura, una variedad local de cerezo que florece dos veces al año. Así, la primera de estas floraciones desde mediados del mes de marzo, hasta principios de abril, y la segunda dura desde finales de octubre hasta principios de diciembre. Se cree que el Shiki- zakura es una variedad híbrida entre dos variedades de cerezo. El mejor momento del año para apreciar estas flores es sin duda el mes de noviembre. De hecho, a los lugareños les gusta tanto esta variedad única de cerezo, que han seguido plantando sus retoños en el interior y en los alrededores del distrito, y a día de hoy hay en la zona ya más de 10,000 cerezos de esta variedad.

El Kumano-kodo Iseji es un antiguo camino de peregrinación que conecta el Ise Jingu, (el santuario sintoísta más sagrado de todo Japón), con los Tres Grandes Santuarios de Kumano y constituye un tramo fundamental en la ruta japonesa registrada como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO conocida como "Sitios sagrados y rutas de peregrinación en el Cordillera Kii". El Kumano-kodo Iseji constituye el tramo más largo de la ruta de peregrinación completa que fue registrada como Patrimonio de la Humanidad, y abarca un total de 160 km (el equivalente 100 millas terrestres), a lo largo de la costa del Pacífico y a través de las montañas.

Mientras que los antiguos peregrinos devotos tenían que subir a través del campo  y ascender la empinada carretera de montaña, los visitantes de hoy en día pueden disfrutar de la mejor parte visitando los dos senderos: el Paso Tori y el Paso Magose.

El sendero del Paso Tori es una ruta circular de 7,9 km, (5 millas terrestres) ubicado en la ciudad de Kumano, (en la Prefectura de Mie), y que comienza en una parada de autobús. En el camino, los visitantes subirán por la ruta, que ha permanecido inalterada durante siglos, una parte del cual todavía está pavimentada con piedras antiguas, y se detendrán en un punto estratégico desde el que podrán disfrutar de la vista panorámica de la distribución en terrazas que forman los campos de arroz en Maruyama. Esta bella vista es debida a que los agricultores de esta zona hace mucho tiempo talaron los árboles y convirtieron la ladera de la montaña en miles de pequeños arrozales, de los cuales actualmente hay 1.340 arrozales que se siguen trabajando todavía hoy.

Terrazas de campos de arroz de Maruyama (a la izquierda) y el camino de piedra hasta el Paso de Magose (a la derecha). Ambas imágenes son cortesía de la Prefectura de Mie.

Otro ejemplo poco conocido de la artesanía en la zona central de Japón es el Washi, (o papel japonés molido a mano), conocido por su textura y su durabilidad únicas. De los tres principales centros de producción de Washi, dos se encuentran en esta región, concretamente se trata de los centros de Mino, (Prefectura de Gifu) y de Echizen, (en la Prefectura de Fukui).

Hecho a partir de fibras extraídas de plantas, la excelente calidad del Washi es conocida desde mediados del siglo XVII por los artistas europeos, siendo Rembrandt uno de los principales referentes. De hecho, se dice que el papel importado que utilizaba Rembrandt para sus grabados muy posiblemente fuese papel Echizen japonés.

El área central de Japón ha funcionado durante mucho tiempo como un centro nacional de producción agrícola e industrial, suministrando alimentos y bienes a la entonces capital, la ciudad de Kioto. Los burócratas y los monjes de Kioto, así como los de otras regiones, ansiaban papel de alta calidad para la elaboración de sus textos sagrados, impulsando así el desarrollo de la industria papelera en la zona Central de Japón.

En lo que se refiere a técnicas papeleras, el Echizen Washi es conocido por su versatilidad. Las características de esta técnica fueron sus marcas de agua, así como su durabilidad. Estas características llevaron al uso del Echizen como papel para imprimir facturas en Japón hasta 1951.

Por otro lado, la técnica Mino Washi tiene 1300 años de historia. Su ejemplo más antiguo es el documento utilizado para registrar un registro familiar que data del año 702 d.C, y que aún se conserva en el Repositorio Shosoin de la Agencia de la Casa Imperial. El papel Mino ha sido elogiado por la uniformidad de su textura, así como por su delgadez.