Textos y fotos David Santiago
Compartir

LAS MONTAÑAS

Amaneceres y puestas de sol de infarto, nubes con formas caprichosas, grandes nevadas que cambian por completo el paisaje en cuestión de horas, cielos que parecen anunciar el fin del mundo o tormentas que nos sorprenden en medio del monte. La montaña exige experiencia, estar bien preparados, llevar el equipo adecuado y mucho sentido común.


Amaneceres y puestas de sol de infarto, nubes con formas caprichosas, grandes nevadas que cambian por completo el paisaje en cuestión de horas, cielos que parecen anunciar el fin del mundo o tormentas que nos sorprenden en medio del monte con todo lo que esto conlleva. La montaña exige experiencia, estar bien preparados física y mentalmente, llevar el equipo adecuado y sobre todo, mucho sentido común.

 


Nos encontramos ante uno de los ecosistemas más abundantes (un 24 % de la litosfera constituye masa montañosa) y que más atrae al fotógrafo de paisajes. Simplemente tenemos que cerrar los ojos y pensar en un paisaje idílico para darnos cuenta enseguida de que una de las imágenes que nos viene a la cabeza corresponde a una majestuosa montaña con un bonito lago y un verde valle a sus pies. Sin embargo, muy pocos aficionados tienen en su archivo buenas instantáneas ya que, por lo general, esta disciplina lleva asociado largas caminatas que en ocasiones convierten la fotografía en una penitencia. A esto hay que añadir las duras condiciones atmosféricas: nieve, lluvia, frío (en la troposfera, el gradiente térmico vertical tiene un valor medio aproximado de 6,5°C por kilómetro), y la propia escala del medio, que hace muy difícil el que podamos mostrar la majestuosidad del lugar sin caer en tópicos. 
 

¿Qué metodología debo seguir?

De forma genérica podría decir que siempre intento dormir lo más cerca posible del lugar en el que tengo pensado hacer las fotografías. De esta forma aprovecho las cálidas luces del amanecer, evito madrugar más de la cuenta y el tiempo necesario para llegar, si fuese necesario. Para lograr este fin me ayudo de una autocaravana, si bien es cierto que en el caso de la montaña me decanto por los refugios y el vivac, aunque cada vez me gusta menos ya que implica llevar mucho material a cuestas.


Me levanto completamente de noche y me tomo un café caliente. Preparo el material, compruebo las baterías, las tarjetas de memoria, me aseguro de que las lentes y filtros estén limpios. Si fuese necesario añado un gorro y unos guantes. Media hora antes de que el sol salga, suelo estar en el lugar que previamente he localizado la tarde anterior, ya que, como he dicho anteriormente, el crepúsculo es uno de los instantes que más me gusta trabajar debido a la variedad de colores que adopta el cielo. Durante este periodo de tiempo y hasta que el sol salga, suelo emplear filtros degradados, ya sean de densidad neutra o coloreados, por lo que siempre llevo puesto el portafiltros sobre el objetivo. Cuando observo que la calidez de la luz comienza a decaer, recojo, almuerzo y me preparo para realizar alguna ruta por los alrededores con la idea de buscar nuevas localizaciones y de seguir haciendo fotos si las condiciones son favorables. A medida que va cayendo el sol voy definiendo en qué lugar voy a fotografiar el atardecer y nuevamente el crepúsculo e, incluso, si el tiempo lo permite, el anochecer.

Si por el día está cubierto o me encuentro en un cañón muy cerrado donde la luz se reparte de manera uniforme, busco algún torrente o salto de agua para trabajar con exposiciones largas de tiempo. También para los detalles de plantas e insectos. Y si al levantarme veo que hay niebla empiezo a hacer fotos y no paro hasta que desaparece.

 

Parque Nacional de Yosemite

El Parque Nacional de Yosemite fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1984. A él acuden cada año más de 3 millones de personas que buscan disfrutar con sus acantilados de granito, saltos de agua, ríos cristalinos, bosques de secuoyas gigantes y una privilegiada diversidad biológica. Fotógrafos como el ilustre Ansel Adams, con miles de seguidores de todo el mundo, se consagraron con imágenes en blanco y negro de estos paisajes. Mi paso por Yosemite fue muy breve, tan sólo de tres días. Tenía pensado recorrer durante un mes varios parques de Estados Unidos, pero las malas condiciones climáticas me obligaron a visitar muy por encima esta joya de la naturaleza. La presente imagen la realicé el último día por la tarde. Tenía en la cabeza cientos de imágenes que había visto publicadas y, a pesar de haber realizado con todo detenimiento varias localizaciones, en ningún caso encontré algo que me llamase la atención.

Al final opté por una composición clásica, de fácil lectura, en la que destaca el tono cálido de las rocas más altas. El formato cuadrado hace que nos centremos rápidamente en el motivo principal, a pesar de que existen varios planos. Para compensar la diferencia de luz tan grande que había, tuve que utilizar dos filtros degradados de densidad neutra.

Debes tener en cuenta que si los filtros que utilizas son de buena calidad, podrás unir varios a la vez en una misma fotografía. En caso de que estos no lo sean, apreciarás ciertas dominantes y una importante pérdida de calidad.

** David Santiago García es un fotógrafo profesional especializado en fotografía de paisajes. Ha viajado a 60 países y en la actualidad realiza cursos de fotografía por todo el mundo.

Puedes informarte sobre próximas convocatorias en http://www.mambaphototravel.com/mpt/ y sobre talleres personalizados en http://portfolionatural.com/#/cvs/cv-david-santiago
 

Texto y fotos: David Santiago

Capturar estrellas con nuestra cámara de fotos es, sin duda, todo un reto, pues supone trabajar con unas condiciones mínimas de luz. Al principio pensamos que este tipo de fotografía solo está al alcance de la mano de un pequeño grupo de profesionales pero siguiendo una serie de consejos y con un material mínimo podrás conseguir resultados sorprendentes.

Texto y fotos: David Santiago

Sea cual sea la estación del año, cualquier rincón en la naturaleza (una charca, una pradera, la ladera de una montaña, el interior de un bosque o nuestro propio jardín) tiene mucho que ofrecernos cuando se trabaja la fotografía cercana. Flores, insectos, musgos, líquenes, cortezas de árboles o piedras presentan serios retos para la destreza e ingenio de un fotógrafo.

Más experiencias seleccionadas para ti