Nuestra ruta minera comienza a lo grande, con una experiencia única que ofrece el Pozo de Sotón, en Langreo. Se inició su profundización en 1917, y es el único que cuenta con dos pozos verticales paralelos, parte de estos pozos lo recorreremos en esta experiencia minera.
Aunque en momentos te encuentras a casi 600 metros de profundidad, la constante atención que requieren los miles de detalles con los que estás conviviendo apenas te permite caer en la cuenta de las toneladas de tierra que reposan sobre el valiente aventurero, aunque seguramente culpa de ello tiene la seguridad que aportan todos los miembros del equipo del Pozo de Sotón, trabajadores de la mina que conocen cada viga de pino que sostiene las galerías y que están pendientes de todos nuestros movimientos. Casi del mismo modo, pierdes la noción del tiempo y, tras descender en la jaula, alcanzar la 10ª planta a través de estrechas galerías, extraer el carbón con la ayuda de un martillo neumático, experimentar la sensación de oscuridad más absolunta y regresar en los vagones de carga, te sorprenderás a ti mismo cuando al terminar la visita recuerdas que ahora vuelves a convivir con todo un mundo tecnológico que por unas horas se te había olvidado...