Textos y fotos Esteban García
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LOFOTEN, donde el sol se atreve a salir a medianoche en busca de su “Dama Verde”.

Por encima del Círculo Polar Ártico, el sol de invierno ilumina durante escasas cinco horas al día este archipiélago noruego, considerado por muchos el lugar más espectacular para dejarse impresionar por la aurora boreal. Esto se debe, no sólo a que se dan las condiciones óptimas de altitud y clima, también a la majestuosidad de sus paisajes. Las temperaturas templadas, provocadas por el calentamiento de la corriente del Golfo Atlántico, hace que Lofoten reciba más visitantes en verano que en invierno, pese a sacrificar el espectáculo que nos ofrece “la dama verde” cuando sale a bailar con el sol de medianoche.

"Me propuse comprobar si todo lo que había escuchado de estas islas era cierto y con esa intención emprendí viaje hacia Lofoten."

de leknes a reine

Mi aventura comienza el día siguiente a Navidad cuando aterrizo en Leknes, situada en el centro geográfico del archipiélago, donde comprendo que es absolutamente indispensable el alquiler de un coche para poder poner rumbo al sur, concretamente a Reine, donde iba a fijar mi campamento base.

No quisiera pasar por alto la inolvidable travesía que conduce de Leknes a Reine; el agua tranquila y turquesa de los fiordos flanqueado por las montañas nevadas como si de un muro para protegerla del Ártico se tratase, el complejo sistema de puentes y túneles que permiten cruzar fácilmente de isla a isla siguiendo la carretera E-90 y los pequeños poblados, con sus tradicionales cabañas rojas hicieron que esa hora de trayecto se ralentizase, triplicando así la sensación del paso del tiempo.

Aquí es diferente hasta el formato de alojamiento

los rorbuer

Son cabinas pintadas de rojo con listones blancos y con acceso directo al mar, que tradicionalmente eran utilizadas por los pescadores y actualmente reconvertidas, con todas las comodidades, para el alojamiento de sus visitantes, y esa fue mi elección en Reine, pueblo de no más de 400 habitantes en cuya bahía puedes disfrutar de los tradicionales secaderos de bacalao y, desde el puente la increíble vista, portada de lujo y capricho de fotógrafos. 

En la época en la que elegí hacer este viaje, sólo disponía al día de cinco horas de luz por la mañana, y esto le da mucha importancia a la elección de “imprescindibles”

Ä, otro pueblo pesquero igualmente excepcional.

Con el fin de adentrarnos más en sus paisajes, optamos por una ruta de senderismo entre montañas nevadas y fiordos. La sensación de pasear sabiendo que tras cada giro podías encontrar un lago helado, ver una familia de cabras o disfrutar de unas vistas panorámicas de los fiordos, lo convierte en una experiencia totalmente recomendable.

Sin embargo, la verdadera aventura comienza cuando se oculta el sol y se emprende la búsqueda de la aurora boreal.

Por el día, son playas en las que los surfistas disfrutan de las olas. Sí, surfistas también en pleno invierno nórdico. Porque además, Lofoten está llena de playas que no tienen nada que envidiar a la más paradisiaca, como la playa de Moskenes. Por la noche se convierte en un marco inmejorable para ver la aurora. Con este propósito, después de comer, empezábamos esta ruta, pasando por Skagsanden, Storaandnes o Uttakleiv, todas ellas con orientación Norte. Sin más luz que la de una linterna y sabiendo que estábamos totalmente solos esperábamos ansiosos y expectantes la llegada de la aurora.

© Imagen cedida por Turismo de Noruega

 Lo que diferencia a Lofoten de cualquier otro punto del círculo polar ártico es que, es un entorno tan idílico que, en el caso de no encontrase con "La Dama Verde", en nada desmerecería el viaje.

pero hay muchas más cosas que hacer en lofoten

Después de Ä, nos subimos de nuevo al coche para visitar Hamnoy, Nusfjord o Ramner donde vimos una de las puestas de sol más espectaculares del viaje. Más al Norte encontramos Henningsvaer, conocida como la Venecia de Lofoten, y aún nos dió tiempo a visitar la catedral de Kabelvag. No hay ninguna duda de que merece mucho la pena, pero nada comparable a los paisajes y playas de la zona de Reine.

Recorrimos también un fiordo en kayak, quedando realmente impresionados con la vista desde la parte más baja de los alpes de Lyngen e hicimos la recomendable ruta de senderismo en Kvalvika en la que, tras hora y media, llegamos a la recóndita playa de las ballenas.


"Fueron apenas siete días pero el destino merecía muchos más."


 

Si no te importan las pequeñas desventajas de visitar Lofoten en invierno, como la escasez de bares y restaurantes abiertos, las 5 horas de luz al día y la necesidad de un presupuesto mínimamente holgado, ¡Lofoten es tu viaje!

 


 

Te brindará unos paisajes únicos en el mundo, todavía  inexplotados y, si tienes un poco de suerte, vas a descubrir la aurora boreal no como un turista más, será algo más exclusivo, desde un entorno que hace que sea la experiencia que cualquier persona sueña con vivir y que permanece en nuestra memoria de una forma muy especial.

 


 

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