Aquellos jóvenes pintores que salieron de París buscando nuevas emociones encontraron en Étretat, uno de los tesoros de la Costa de Albâtre o Alabastro, una poderosa fuente de inspiración. La energía del mar y los acantilados que delimitan la población sedujeron a pintores como Corot, Boudi, Courbet y, por supuesto, a Monet quien le dedicó nada menos que ochenta lienzos.
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Hemos decidido enviaros un relato de nuestro viaje a París, donde estuvimos después de leer uno de los reportajes publicados en Viajeros. Nos entusiasmó tanto como el relato de vuestra revista. Nos había llamado la atención sobre todo una actividad de la que hablábais que consistía en recorrer la ciudad en un 2CV.
Contratamos una excursión y os podemos decir que fue una de las cosas más divertidas y originales que hemos hecho. Un antiguo coche pintado de verde nos llevó por diferentes puntos de la ciudad y nos hizo sentir como auténticos parisinos. Y al final del recorrido hicimos hasta un picnic en los fantásticos Jardines de Luxemburgo.
Desde allí nos dimos un paseo por la calle Moufetard, que está llena de pequeños bares y restaurantes. Nos encontramos con un llamativo mercadillo lleno de color donde vendían muchos tipos de fruta, vinos, quesos de todas las regiones de Francia y fantásticos productos de panadería y pastelería. Claro, no pudimos resistirnos y compramos un poquito de cada cosa para volver a repetir el picnic alguno de los días que todavía nos quedaban porque nos encantó esa idea.
Siguiendo el río
Otro de los paseos que más nos gustó y que recomendamos es el de las orillas del Sena. Desde la Torre Eiffel hasta más allá de la isla de St. Louis, seguir el curso del río es una experiencia fantástica. Nosotros aprovechamos para visitar uno de los museos más recientes de la capital, el Musée du Quai Branly, un lugar que nos pareció espectacular, muy moderno e interesante, donde se recogen piezas convertidas en obras de arte de las civilizaciones de África, Asia, Oceanía y América. Tampoco nos perdimos el Musée d’Orsay. Después nos sentamos en el Pont des Arts, uno de los más llamativos y más concurridos de la ciudad. Sus barandillas metálicas están llenas de candados, siguiendo esta moda un poco estúpida (según nos parece a nosotros) que desde hace unos años recorre todos los atractivos turísticos.
Uno de los lugares que merece la pena ver es la Conciergerie, el antiguo Palacio Real, de estilo medieval. No tiene tantos visitantes como otros sitios de París pero es algo fabuloso. Al lado se encuentra la Saint Chapelle, donde estuvimos también por la noche escuchando un concierto de música clásica.
Barrios para perderse
En Montmartre, otro de los barrios que nos encantó, alucinamos con el viñedo que hay en plena ciudad. Es fabuloso que haya logrado sobrevivir con el paso del tiempo en plena ciudad. Hacen su propio vino y hay una fiesta de la Vendimia en la época de recolección.
Para pasear, también recomendamos el barrio del Marais, donde encontramos tiendas de decoración, bares y restaurantes encantadores. Y también hay que visitar la Ópera, donde recientemente se ha abierto un café-restaurante absolutamente moderno y vanguardista. Creo que volveremos muy pronto.
Punto de Encuentro es un espacio preferente donde tus sugerencias y viajes nos interesan y pueden ser útiles para otros lectores.
Texto y fotos: Lydia Rodríguez
Como bien ilustra la película de Woody Allen, cuando los relojes dan las doce de la noche, París se transforma y puede pasar cualquier cosa. ¿Nos encontraremos nosotros también con Gertrude Stein, Picasso, Hemingway y Scott Fitzgerald? ¿Podremos ver a Joséphine Baker bailar en alguno de los cafés de la ciudad? Sólo hay una forma de averiguarlo... volviendo a París