Sea cual sea la estación del año, cualquier rincón en la naturaleza (una charca, una pradera, la ladera de una montaña, el interior de un bosque o nuestro propio jardín) tiene mucho que ofrecernos cuando se trabaja la fotografía cercana. Flores, insectos, musgos, líquenes, cortezas de árboles o piedras presentan serios retos para la destreza e ingenio de un fotógrafo.