SALVADOR DE BAHÍA
Situada en la región nordeste de Brasil, Salvador de Bahía invita al turista a vivir la Semana Santa envuelto por la cultura brasileña. La capital, conocida por sus tradiciones y bellezas naturales, presenta una manera particular de recordar una de las festividades cristianas más importantes de la ciudad. Del 2 al 8 de abril, Salvador celebra las pascuas de forma única y con chorritos de dendê (fruto de la palmera del que se extrae un aceite muy utilizado en la gastronomía brasileña).
Cultura
La primera capital de Brasil es conocida como el centro de la cultura afrobrasileña. Este maravilloso mestizaje resultó también en una mezcla de culturas, creencias y rituales. El sincretismo religioso es un ejemplo de la efervescencia cultural de esta ciudad. La Igreja do Senhor do Bonfim es uno de los mayores símbolos religiosos de Bahia. Ubicada en la Sagrada Colina, esta iglesia representa elementos del Candomblé. Los visitantes pueden presenciar la fusión de religiones principalmente en enero, en la ceremonia de Lavagem do Senhor do Bonfim, cuando las ‘baianas’ recorren las calles de la ciudad en procesión hasta la iglesia para lavar sus escalinatas con agua perfumada.
Las manifestaciones culturales también impregnan la rutina ‘soteropolitana’ (de Salvador). Las murgas afro, por ejemplo, muestran la cultura negra de Bahía a través de la música y la danza. El ritmo, considerado genuinamente bahiano, es acompañado por el sonido de percusión de los tambores. Las fiestas y ensayos de las murgas son eventos que atraen al turista durante todo el año. Los más expresivos son: Filhos de Gandhy, Olodum, Ilê Aiye, Muzenza, Male Debalê y la procesión Afro.
Las Ruedas de Capoeira, una mezcla de danza con lucha, también forman parte del acervo cultural de Salvador. Traída de África por los esclavos como forma de defensa, la Rueda de Capoeira se divide entre luchadores e instrumentistas, responsables por el sonido bien marcado del berimbau. La música orienta la acción de los luchadores, quienes ejecutan una especie de ballet que consiste en patadas y piruetas, bamboleos y elasticidad.
Visitas imprescindibles
El centro histórico de Salvador reserva los encantos de una rica historia, impregnada por la vida de la monarquía y de la lucha de los esclavos. La región comprende un pomposo conjunto arquitectónico, con iglesias y casonas seculares, circundadas por una intensa actividad cultural.
El casco viejo se divide en tres áreas: desde la Praça Municipal hasta el Largo de São Francisco, el Pelourinho y desde el Largo do Carmo hasta el Largo de São Francisco. Varios edificios del centro han sido recuperados en los últimos 30 años, un trabajo impulsado por la revitalización de manzanas enteras de antiguas residencias, conventos e iglesias. Hoy, más de 800 edificios con fachadas e interiores restaurados adornan el Centro.
Los edificios históricos más visitados de la región son el Paço Municipal (concluido a fines del siglo XVII), el Palácio Rio Branco (construido en el local de la Casa dos Governadores en 1919) y el Elevador Lacerda, ampliado en la década de 1930. En la zona Norte, se destacan la Santa Casa y la Igreja de Nossa Senhora da Misericórdia, las fundaciones de la Igreja da Sé – demolida en 1933 – y el Palácio Arquiepiscopal – antigua residencia y lugar de trabajo del arzobispo de Brasil.
El área de Pelourinho abarca uno de los Barrios más antiguos de Salvador. Algunos de sus edificios abrigan los museos más importantes de la ciudad, como el Museu Abelardo Rodrigues, la Fundação Casa de Jorge Amado, Museu da Cidade, Museu das Portas do Carmo y el Museu Tempostal. El barrio, que durante el día brinda una gran variedad de museos, por la noche se convierte en sinónimo de movida, con bares de reggae, ensayos de murgas afro, ruedas de Capoeira y todo tipo de shows y ritmos.
El turista, además, tiene otras alternativas de ocio como visitas a museos de arte (Museu de Arte da Bahia, Museu de Arte Sacra y Museu de Arte Moderna) paseos en el Mercado Modelo – comercio de productos típicamente ‘baianos’ – y la puesta del sol más bella de Bahía, vista desde el Farol da Barra.
Nos vamos a la playa
La ciudad cuenta con 50 kilómetros de playas distribuidas entre la Ciudad Alta y Baja. El litoral de la primera es bañado por las aguas de la Baía de Todos os Santos, la más extensa del país, con 1.052 kilómetros de aguas superficiales; mientras que las de la Ciudad Alta, del Farol da Barra y de Flamengo son bañadas por el Océano Atlántico.
Las playas de la capital presentan una gran diversidad ecológica, variando desde tranquilas ensenadas, ideales para nadar, practicar deportes de vela, buceo y pesca submarina, hasta playas con fuertes olas, ideales para el Surf. Salvador posee incluso playas rodeadas por arrecifes, que forman piscinas naturales de piedra y producen un paisaje tranquilo y paradisiaco.
Entre las principales playas de la ciudad, se destacan la Praia do Botelho (Ilha de Maré), Ponta de Nossa Senhora (Ilha dos Frades), Ribeira, Porto da Barra, Farol da Barra, la playa del Corsário, de Jaguaribe, Itapuã y la Praia da Aleluia.
Platos "un poco picantes"
La cocina baiana es mundialmente famosa por su condimento “picante”. Los platillos, caracterizados por el uso de ingredientes de origen africano, como el aceite de dendê, leche de coco, jengibre y pimienta, hacen que el visitante pruebe también a través del paladar la esencia de esta ciudad.
La gastronomía local ofrece una gran variedad de pescados y frutos del mar, un menú ideal para la Semana Santa. La cazuela es uno de los principales platos de la cocina local: Frutos del mar o pescados son cocidos con aceite de dendê, pimiento, tomate, cilantro, cebolla y leche de coco. El Bobó de camarão, el vatapá, el sarapatel acarajé (cuatro mil ‘baianas’ producen 12 millones de acarajé por mes en la ciudad) y el caldo de sururu también se destacan en la cocina típica. Salvador de Bahía brinda también más opciones de cocina internacional, atendiendo así a los paladares más variados.
Fotos: © Visit Brasil
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