Unidos durante 15 años y totalmente compatibles, ¡una pareja envidiable! Y así lo demuestran hoy, acompañados por más de 200 testigos que disfrutaron de esta fiesta conceptual por donde desfilaron experiencias muy madrileñas.
Como lo fue la cena en el Atrio Norte, basada en platos típicos de la ciudad y maridada con espectáculos en vivo de zarzuela, algo que sorprendió y alegró a nuestra parte más madrileña. Por supuesto, sin desmerecer el arte del graffiti en directo que fue desplegando su improvisación desde el cóctel, servido en unos exteriores adornados con food trucks retro, hasta el cierre de fiesta en el salón Isabela, donde se bailó cada acorde de unos ritmos pertenecientes a la “Movida Madrileña”.
No hay intención de retar pero, reconozcamos que es dificil encontrar una sinergia más castiza.